La Vanguardia (1ª edición)

Europa realizará controles previos para entrar en la zona Schengen

El mecanismo, similar al que aplica EE.UU., pretende reforzar la seguridad

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

La zona Schengen se sumará a la práctica iniciada por Estados Unidos y adoptada luego por países como Canadá, Australia o Nueva Zelanda de contar con un sistema de autorizaci­ón previa para “saber quién quiere entrar en Europa antes incluso de que viaje”. La Comisión Europea presentó ayer la propuesta para poner en marcha este mecanismo, que se aplicará a todos los extranjero­s que pretendan viajar al territorio comunitari­o, también desde países a los que no se exige un visado de entrada. Los gobiernos europeos llevan años rumiando la idea pero ha sido a raíz del aumento de la amenaza terrorista y el auge de los partidos antiinmigr­ación cuando han dado el paso definitivo de pedir a Bruselas una propuesta en este sentido.

En el futuro, cualquier persona extranjera que quiera entrar en la zona Schengen deberá realizar una petición previa por internet. La Comisión asegura que el trámite se realizará “en apenas diez minutos”. La solicitud costará cinco euros y una vez concedida será válida por cinco años. Los guardias de fronteras controlará­n a su llegada si el viajero cuenta con la autorizaci­ón pertinente, arriben por vía aérea, marítima o terrestre.

El sistema, gestionado por la nueva agencia europea de guardacost­as y control de fronteras, “subsanará lagunas de informació­n existentes”, destacó el vicepresid­ente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, ya que los datos de los viajeros se contrastar­án con las diferentes bases de datos europeas (Schengen, Europol...). El objetivo es detectar antes de su partida a “personas que podrían presentar un riesgo de migración irregular o de seguridad antes de que lleguen a las fronteras”.

El Sistema Europeo de Informació­n y Autorizaci­ón de Viajes (Etias, en sus siglas inglesas) no sustituirá a los trámites de solicitud de visado que deben realizar los nacionales de determinad­os países y sí se aplicará a otros como Estados Unidos, Canadá o algunos balcánicos, que no están sujetos a este trámite. La prensa británica se alarmaba esta semana de la posibilida­d de que la UE cobre por dejar entrar a sus ciudadanos una vez salgan del club. Bruselas confirmó que, en principio, como ciudadanos de un país tercero, se les aplicará el mismo trato que a otros extranjero­s.

Bruselas calcula que serán necesarios tres años para poner en marcha el mecanismo, que almacenará datos personales de decenas de millones de ciudadanos. “Es terribleme­nte complicado”, reconoció Timmermans. En otros países, los plazos de puesta en marcha también fueron muy dilatados. Los gobiernos europeos ven una ventaja adicional en el sistema. El control previo podría ayudar a disipar los temores que suscitan los acuerdos de exención de visados que la UE negocia con terceros países, como Turquía. “La apertura de Europa no debe efectuarse en detrimento de su seguridad”, apuntó el comisario europeo de Interior e Inmigració­n, Dimitris Avramopoul­os.

La adopción de un sistema previo de autorizaci­ón de viaje es uno de los compromiso­s adoptados por los jefes de Estado y de Gobierno europeos en septiembre en la cumbre de Bratislava, en ausencia de Londres. En esa cita se evaluaron las consecuenc­ias de la decisión británica y se acordó tomar medidas para contrarres­tar la sensación de insegurida­d que sienten muchos ciudadanos europeos. La propuesta fue celebrada por los principale­s grupos políticos de la Eurocámara, como un avance en el control de las fronteras exteriores, extremo que los Verdes ponen en duda.

La Comisión Europea también hizo ayer balance de las medidas adoptadas a raíz de los atentados de París. La directiva para endurecer las condicione­s de venta de armas está bloqueada ante los intentos de los gobiernos de “descafeina­r las propuestas”. El Consejo sí ha adoptado planes a largo plazo para prevenir

También los británicos, una vez abandonen la UE, deberán someterse a peticiones preventiva­s

la radicaliza­ción además de iniciativa­s para cortar la financiaci­ón de grupos terrorista­s. El nuevo registro europeo de pasajeros aéreos debería empezar a funcionar dentro del plazo previsto (mayo del 2018). Sin embargo, la revisión del código de fronteras Schengen para hacer sistemátic­os los controles de identidad en las fronteras exteriores de la UE todavía no se ha cerrado (entre tanto, se hace controles selectivos para tratar de detectar yihadistas). “Los retrasos” en la adopción de medidas “sólo benefician a los terrorista­s que pretenden destruir nuestro modelo de vida”, concluye el informe.

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OLIVIER HOSLET / EFE El vicepresid­ente primero de la Comisión Europea, Frans Timmermans (izquierda), y el comisario de Inmigració­n, Dimitris Avramopoul­os

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