Ivanka Trump o cómo sacar tajada del padre presidente
La hija de magnate aprovecha la entrevista con su progenitor para vender su joyería
De tal palo, el mismo garrotazo.
Hace unas semanas, en la recta final de la campaña, Donald Trump convocó a los periodistas a su nuevo hotel en la avenida Pennsilvania de Washington, muy cerca de la Casa Blanca. Utilizó el señuelo de que se proponía decir algo relevante.
En lugar de una rueda de prensa o una comparecencia, los informadores se encontraron con un tour por las nuevas instalaciones del imperio de Trump. Es decir, que se sirvió de su candidatura para hacer una publirreportaje de su último negocio.
Una vez que ha ganado las elecciones, las corruptelas que el magnate achacó a su rival han aflorado en su hogar. Sin que quede claro cómo protegerá los intereses de los ciudadanos de los suyos personales, si tomará decisiones en beneficios del pueblo o de su propia cartera con tentáculos globales, su hija Ivanka ha dejado una clara muestra de lo que puede ser la presidencia bajo la riendas de los Trump.
Padre, hijos y yerno. No está claro el mecanismo legal para desvincular una cosa de la otra, y menos cuando Ivanka, titular de una marca de joyería construida a partir de su nombre, se sirvió de su aparición en la primera entrevista concedida por su progenitor en el programa 60 minutes del pasado domingo para promocionar su producto.
Apareció en pantalla luciendo un brazalete de oro y diamantes, de su firma, que se vende por 10.800 dólares. Al día siguiente, nume rosos periodistas recibieron un correo electrónico procedente de la Ivanka Trump Fine Jewelry bajo el tema “alerta de estilo”.
Ahí estaba ella, la jefa, exhibiéndose en una fotografía extraída del programa, que tuvo una audiencia de 20 millones, el 60 minutes más visto desde enero y el segundo programa con más telespectadores de la semana, tras una retransmisión de fútbol americano. En la imagen constaba la anotación que “Ivanka lucía su brazalete favorito de la Metropolis Collection”.
También incluía una petición, la de “por favor, comparte esto con tus clientes”. Han saltado las alarmas por el uso indisimulado de la presidencia en beneficio particular. La presidenta de la marca, Abigail Klem, se vio obligada a emitir un comunicado de disculpa y de justificación.
“Esa notificación se envió con buenas intenciones a los empleados de marketing de una de nuestras empresas siguiendo el protocolo habitual y quienes, como otros muchos de nosotros, están haciendo los ajustes postelectorales”, remarcó. Klem señaló que “estamos todavía discutiendo las nuevas políticas y procedimientos que seguir”.
Los críticos consideran que no es más que la punta del iceberg. Si Donald ha dicho que quiere distanciarse de los negocios, también ha asegurado que serán sus hijos quienes los gestionen. En campaña ya se sirvieron en más de una ocasión de su padre para vender ropa o zapatos. ¿Hacer grande América de nuevo o ampliar la fortuna familiar? Esa es la cuestión.