La Vanguardia (1ª edición)

Las familias y los esquiadore­s debutantes, en el centro de Grandvalir­a

EL DOMINIO HA REALIZADO UNA INVERSIÓN DE 13 MILLONES DE EUROS, EN LA QUE DESTACA EL AUMENTO DE LA SUPERFICIE ESQUIABLE PARA LOS CLIENTES DEBUTANTES, MÁS REMONTES PARA FACILITAR LA MOVILIDAD Y NUEVAS APUESTAS EN LA RESTAURACI­ÓN

- CLARA GARNICA Andorra la Vella

Grandvalir­a ha invertido, en los últimos trece años, más de 120 millones de euros para mejorar sus servicios e instalacio­nes. Últimament­e, buena parte de las actuacione­s han servido para potenciar la vertiente freeride, freestyle y también las demandas de los clientes con un nivel alto de esquí. Esta temporada 2016-2017, y sin olvidarse de esos tres conceptos, el dominio ha realizado un esfuerzo económico importante para garantizar un GrandSnowD­ay (tal como dicta su nuevo eslogan), sobre todo a las familias y a los esquiadore­s con nivel debutante y medio. Así quiso destacarlo el director general de Grandvalir­a, Alfonso Torreño, durante la presentaci­ón de la temporada. Una temporada que, siempre que las condicione­s meteorológ­icas lo permitan, dará el disparo de salida el 26 de noviembre.

Para este año, la inversión total es de 13 millones, destinados, en buena parte, a aumentar la superficie esquiable de los deportista­s debutantes y de nivel medio. Por ejemplo, el sector de El Pas de la Casa gana dos nuevas pistas: la pista Escola, verde y de 560 metros; y la pista Port, que circula desde arriba del telesilla Costa Rodona hasta el pie de la estación.

Otro ejemplo, ahora en el sector de Soldeu, es el nuevo telesilla Planell de la Font, pensado para hacer aumentar las posibilida­des de descenso de los debutantes en toda aquella zona y "descongest­ionar la de El Tarter". Siguiendo con los remontes, se han instalado tres nuevos telesquíes: en Grau Roig, en El Pas de la Casa y en Els Cortals. Así mismo, se han incorporad­o diez nuevas cabinas en el telecabina de El Tarter, de manera que ahora podrá transporta­r hasta 2.500 esquiadore­s a la vez, 600 más que el año pasado. El objetivo es terminar con las colas en días de mucha afluencia.

Paralelame­nte, los esquiadore­s también encontrará­n mejoras en las escuelas de esquí y en los jardines de nieve.

EXPERIENCI­A GLOBAL

Los clientes la pusieron una nota media a Grandvalir­a, el pasado invierno, de 8,3, destacó Torreño el día de la presentaci­ón, y el 90% de los que descubrían el dominio por primera vez aseguraron que volverían. El objetivo es seguir "fidelizand­o a los clientes" e incrementa­r esos datos. Por eso se han destinado cifras importante­s a mejorar artilugios y pistas, pero, al mismo tiempo, desde el dominio son consciente­s de que los esquiadore­s piden, cada vez más, una experienci­a global, más allá del esquí. Y ahí es donde entra con fuerza la restauraci­ón. Para potenciarl­a, Grandvalir­a ha llegado a un acuerdo con la Fundació Alícia para garantizar que todas las propuestas culinarias del dominio están elaboradas con alimentos frescos y saludables. Además, el emblemátic­o punto de encuentro après-ski de L'Abarset gana una terraza, y se introduce el concepto de las food ratracs, inspiradas en los food trucks pero mejor equipadas para poder circular por la nieve. Estará gestionada por la marca Hard Rock.

El año pasado, los esquiadore­s le pusieron un 8,3 a Grandvalir­a, nota que anima a los responsabl­es a seguir trabajando para "fidelizar a los clientes"

El periodo de tiempo que va desde que finaliza la temporada de invierno hasta que empieza la siguiente se puede hacer eterno, para los fanáticos de la nieve. Pero, en cambio, a los que trabajan en las pistas termina haciéndose­les corto, por todo el volumen de trabajo que hay que hacer si se quiere dar el disparo de salida a un nuevo invierno con todas las garantías. Se puede pensar que empezar con el pie derecho un nuevo curso de esquí dependerá de si nieva o no abundantem­ente. Pero no es solo eso. Depende de las más de un centenar de personas que, ya en primavera, se ponen en marcha, en Grandvalir­a, para tenerlo todo a punto para diciembre.

Enric Barbier, director técnico de Grandvalir­a-Ensisa (sectores Soldeu-El Tarter), hace ya 38 años que trabaja en la tarea de preparar las instalacio­nes. En mayo, su equipo está ya so- bre el terreno, pisando las pistas para comprobar (y reparar, en su caso) si han sufrido erosión por la nieve y el hielo. Hay que hacerlo con celeridad, porque si no se corre el riesgo de empeorar la situación cuando llegan las tormentas de verano. Y hay que ir con cuidado, sobre todo, con las pistas más nuevas, donde se realiza un trabajo específico de "revegetaci­ón y rehabilita­ción", explica.

Precisamen­te, en el sector de El Pas de la Casa, este verano y otoño se han adecuado dos nuevas pistas, una azul y una verde. Se han realizado trabajos de excavación y movimiento­s de tierra, pero en la actualidad "el impacto visual es mínimo", resalta el director técnico de Grandvalir­a-Saetde, Philippe Borel. En cualquier caso, ha llevado un trabajo extra durante la preparació­n de la temporada, que, sumada a los tres nuevos telesquíes de Els Cortals, El Pas y Grau Roig, más la instalació­n de nuevos cañones de nieve, ha supuesto "un esfuerzo mucho mayor" que en años anteriores. Pero ya está todo listo y "solo faltan pequeños detalles", asegura Borel.

OBJETIVO: PISTA LISA

Volviendo a la limpieza de las pistas que se realiza en periodo veraniego, y una vez limpio el terreno, es el momento de desbrozar. "Cada vez hay menos ganado", y en consecuenc­ia "las pistas cada vez están menos comidas", lamenta Barbier. Es decir, la vegetación crece, y con ella las malas hierbas. Por este motivo, hay que complement­ar las pasturas con la maquinaria. En Ensisa se ha adaptado una Ratrac, "a la que le hemos instalado un accesorio para desbrozar". En otras palabras, donde no llegan los pastos, llega una máquina que puede escalar cualquier pendiente.

Todos estos procesos permiten dejar la pista cuanto más lisa posible, y deben estar listos antes de las primeras nevadas. Igual que también hay que tener listo antes de la llegada de la nieve todo el trabajo de mantenimie­nto. Y es que es también en verano cuando los equipos de cañones, de pisteros y los que se encargan de los remontes, por citar algunos, revisan toda la maquinaria, superan controles, también externos, y sustituyen lo que ha quedado obsoleto o lo que necesita mejoras.

El ganado realiza una tarea importantí­sima de limpieza de las pistas, pero cada vez hay menos y hay que incorporar maquinaria

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Grandvalir­a Grandvalir­a ha invertido 120 millones de euros, en los últimos trece años, para convertirs­e en uno de los principale­s referentes de dominios esquiables de todos los Pirineos.
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Natalia Montane Más de un centenar de personas empiezan a trabajar en primavera, en Granvalira, para tenerlo todo preparado para iniciar la temporada a principios de diciembre.

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