"El copago sanitario debería ser variable"
EL CATEDRÁTICO DEL DEPARTAMENTO DE ECONOMÍA Y EMPRESA DE LA UNIVERSIDAD POMPEU FABRA PRESENTA EL LIBRO 'EL BIENESTAR DESIGUAL', EN UNA CONFERENCIA ORGANIZADA POR CRÈDIT ANDORRÀ
El catedrático del Departamento de Economía y Empresa y director del Centro de Investigación en Economía y Salud de la Univeristat Pompeu Fabra Guillem López Casanovas presentó, el miércoles 9 de noviembre, sus propuestas para mejorar la sostenibilidad del estado del bienestar, en una conferencia organizada por Crèdit Andorrà. ¿Existe un concepto de bienestar desigual o estamos hablando de las desigualdades a la hora de repartir el bienestar? Es lo segundo. La crisis ha impactado de forma desigual en el bienestar de los individuos. Ese impacto desigual ya estaba antes de la crisis. Sí, pero lo que ha hecho la crisis es agravar los problemas de sostenibilidad. La sostenibilidad tiene que ver con la expectativa que tenía la gente y la capacidad de hacerle frente. Lo que nos ha recordado la crisis es que no se puede gastar lo que no se ingresa. Eso ha generado una frustración que obliga ahora a replantear la financiación del estado del bienestar por la parte de los ingresos, o a ser más selectivos en la priorización de las prestaciones por la parte del gasto.
¿Algún ejemplo? En sanidad, o incrementas la financiación por la vía fiscal o por la vía de los copagos, o haces un catálogo de prestaciones más selectivo. En Andorra ya tenemos un copago. El copago que tenéis en Andorra es fijo, y no variable, cuando lo más lógico sería que fuera variable según la efectividad relativa de las prestaciones. ¿Qué significa eso? Que si una persona va al especialista sin pasar por la primaria, el copago sea más alto que si sigue los circuitos priorizados. Se está trabajando en ello. Se está realizando una reforma del modelo sanitario... Eso es la parte de la financiación, que los copagos sean sensibles a la efectividad relativa. Por la parte del gasto, hay que tener en el catálogo, ordenadas, las prestaciones según el costeefectividad. Hay prestaciones que por años de vida ajustado por calidad son más caras que otras y, por lo tanto, en la restricción de gasto, las más caras deben ir después de las más baratas. Lo hacen los ingleses, los suecos, los franceses... Es saber cuánto cuesta un tratamiento en función de qué le añade en coste respecto a las alternativas terapéuticas y qué le añade en resultados. Usted también propone vincular ese copago variable a la renta, al IRPF. Este es un diseño que tiene dos virtudes. Una es que no estigmatiza a los exentos por beneficencia. Y la segunda, que la utilización de los servicios sobreutilizados –urgencias que no lo son o el especialista sin pasar por atención primaria– sería equivalente a recibir una prestación que no has meritado, no te tocaba tener. Entonces esa prestación se incorpora a la base imponible y fuerza un pago de la cuota de renta más alta. La idea es que cuando me llega la declaración del IRPF, al igual que me llegan las retenciones que me han hecho del sueldo, me llega también la utilización de los servicios sanitarios, o de dependencia, o de las tasas educativas que no me tocaban. Si he ido tres veces a urgencias y no eran urgencias, y el coste medio de la urgencia es de 100 euros, entonces es como si me hubiera apropiado de 300 euros que no eran míos, que no debería haber sacado de los recursos públicos. Es una prestación en especias. Hay que imputarlo. Si sumas los 300 euros a la base imponible, haces que la gente pague como si hubiera tenido una renta en especia de acuerdo con su corte de renta. Por lo tanto, estás realizando un copago de acuerdo con la renta y progresivo.
"La crisis ha recordado que no se puede gastar lo que no se ingresa, y eso hace replantear la financiación del estado del bienestar" "Si he ido tres veces a urgencias y no eran urgencias, es como si me hubiera apropiado de 300 euros que no eran míos"