El efecto Trump obliga al Tesoro a pagar más por emitir sus bonos
La presidenta de la Reserva Federal dice que pronto podría subir los tipos
El efecto Trump ya le cuesta dinero al Tesoro español. En la primera emisión de deuda desde la elección del candidato republicano como presidente de Estados Unidos, los inversores pidieron ayer intereses más altos a España a cambio de su dinero. Era algo previsible. En los últimos diez días, los bonos españoles –como los de cualquier otro país– se habían desplomado en el mercado ante la perspectiva de un alza de la inflación en Estados Unidos que atraería a los inversores hacia otros activos.
Ayer, como sucede siempre, se produjo el contagio del mercado secundario al primario, es decir, de aquel donde cotizan los bonos en circulación a la subasta del Tesoro que sirve para captar dinero nuevo. En concreto, la institución pública tuvo que elevar desde el 1,23% al 1,51% el rendimiento de los bonos a diez años; del 0,18% al 0,42% los bonos a cinco años; y de un interés negativo del -0,18% al 0,001%. En total, el Tesoro captó casi 4.000 millones, con una demanda por parte de los inversores que rozó los 9.000 millones.
El encarecimiento de la deuda –desde niveles bajísimos o incluso negativos– será generalizado a partir de ahora, si se mantiene la expectativa de mayor inflación y, por lo tanto, de una elevación progresiva de los tipos de interés. El primer paso en este sentido se producirá, previsiblemente, el próximo 14 de diciembre, cuando concluye la reunión de dos días del comité federal de mercado abierto de la Reserva Federal.
Los analistas dan por segura una primera subida de los tipos de interés en ese encuentro y dos o tres alzas más –por lo menos– en el 2017. Ayer, Janet Yellen, presidenta de la Fed, lo confirmó con el lenguaje críptico propio de los gobernadores de bancos centrales: “El comité ya estimó que el argumento a favor de una subida de tipos continuó fortaleciéndose y que tal subida podría ser apropiada relativamente pronto”, dijo Yellen, quien condicionó cualdes. movimiento a contar con pruebas adicionales de fortaleza en la economía del país.
Pero un nuevo retraso parece hoy imposible. La misma banquera central explicó ayer en el Congreso de Estados Unidos que esperar demasiado podría obligar a la Fed a una subida “abrupta”, que siempre se intenta evitar en favor de un ritmo progresivo y acomodaticio. Por otra parte, esperar demasiado podría dañar, según Yellen, “la estabilidad financiera”, el eufemismo utilizado para referirse a la rentabilidad y solvencia de los bancos.
Así las cosas, todo apunta a que, por fin, llega un cambio de rumbo en la política monetaria en Estados Unidos, como refleja también el dólar, que no ha dejado de apreciarse en los últimos diez días, avanzando los efectos de una subida de tipos. Ayer, el billete verde subió hasta los 0,94 euros. Desde las elecciones del pasado 8 de noviembre se ha revalorizado un 3,6%.
La normalización de la política monetaria en Estados Unidos ha cogido con el pie cambiado a los bancos centrales de otras latituquier Ayer, el Banco de Japón reaccionó a la subida de los rendimientos en su deuda con una oferta para adquirir bonos con vencimiento de entre 1 y 5 años a un precio fijo y sin limitar la cantidad de sus compras. Se trata de la primera vez en la historia que la institución recurre a este tipo de operaciones.
En septiembre, el Banco de Japón anunció su objetivo de mantener el interés del bono a diez años en torno al 0% para alcanzar una inflación del 2% “lo antes posible”. El Banco Central Europeo (BCE) también tiene en mente continuar con la política monetaria expansiva y todo apunta a que en la reunión del 8 de diciembre extenderá seis meses más su programa de compra de bonos.
El Banco de Japón y el BCE mantienen por ahora sus políticas monetarias expansivas para lograr inflación