Un chef al rescate de Renzi
El propietario del mejor restaurante del mundo dice que dejará Italia si vence el no en el referéndum
Los fantasmas de David Cameron y Hillary Clinton se le aparecen a Matteo Renzi en los cortos sueños que le permite su extenuante agenda. El joven (41 años) primer ministro italiano, uno de los líderes europeos de mayor empuje y que parecían más prometedores, es consciente de que puede convertirse en la próxima ficha en caer del diabólico dominó construido por el malestar de las clases medias y el oportunismo de las fuerzas populistas. Ante el alto riesgo de perder el referéndum sobre la reforma constitucional del próximo 4 de diciembre, que podría provocar la caída de su Gobierno, Renzi agradece todos los apoyos, vengan de donde vengan, y más si proceden de personajes famosos, de figuras triunfadoras que arrastren voluntades.
El último en acudir al rescate de Renzi ha sido un cocinero, Massimo Bottura. Su restaurante, Osteria Francescana, en Módena, con tres estrellas Michelin, fue elegido recientemente, en Nueva York, el primero de la lista en The World’s 50 Best Restaurants Awards 2016 . Al premier le viene de maravilla que el chef del restaurante hoy más cotizado del planeta respalde la reforma constitucional. Nada mejor que un virtuoso de la gastronomía, uno de los orgullos del made in Italy, para insuflar ánimos a una campaña que muestra signos de cansancio y en la que Renzi se halla demasiado solo. Bottura, además de pronunciarse por el sí en el referéndum, se refirió a ese espíritu negativo, casi derrotista, alérgico a cualquier cambio, a asumir riesgos, que impera en un sector del país y que el primer ministro se obstina en transformar.
“El referéndum es una cuestión cultural antes que política –declaró Bottura en una entrevista al Corriere della Sera–. Si gana el no, me vienen ganas de dejarlo todo e irme al extranjero. Doy las gracias a mi país, que me ha dado muchísimo, cierro y reabro en Nueva York. La cuestión no es si Renzi o Grillo (el líder del Movimiento 5 Estrellas). Es esa lógica de que en Italia no puede hacerse. Si vence esa lógica, se acabó. Por desgracia, muchos jóvenes se rinden antes de combatir. Dijimos no a los Juegos Olímpicos, renunciando a 2.000 millones de dólares del COI”. El chef se refería a la negativa de la nueva alcaldesa de Roma, Virginia Raggi –del partido de Grillo–, a que la ciudad fuera candidata a los Juegos del 2024, con el argumento de las magras finanzas municipales, de la larga historia de corrupción en las obras públicas y de infiltración de las mafias.
Bottura explicó su fantástica experiencia en la Expo 2015 de Milán, donde colaboró cocinando la comida sobrante, algo que repitió en los Juegos de Río de Janeiro, dando de comer a la gente de barrios pobres. El cocinero, de 54 años, que ya trabajó un tiempo en un restaurante de Nueva York, donde conoció a su esposa, se mostró hastiado de la atmósfera tensa y violenta que, según él, reina en Italia, donde “la gente se pelea por un aparcamiento o por un capuchino en la barra de un bar”. “A veces ya no reconozco a mi país”, declaró Bottura. “Hay una tensión a punto de explotar en cualquier momento”, agregó el chef. El dueño de la Osteria Francescana dijo que en la vida le ha ayudado mucho su hijo Charlie, que padece una rara y grave enfermedad. Sus dificultades y sus progresos de aprendizaje le han hecho ser un mejor ser humano, tener los pies en el suelo y coraje para salir adelante, esa misma valentía que reclama a sus compatriotas.
Entre los personajes famosos hay división de opiniones sobre la reforma constitucional. Dos cineastas que ganaron el Oscar –Roberto Benigni y Paolo Sorrentino– apoyan a Renzi, y este los invitó a que lo acompañaran a la reciente cena de gala en la Casa Blanca, en Washington. En el bando del no están, por ejemplo, el actor Toni Servillo –protagonista, por cierto, de varios filmes de Sorrentino– y el nonagenario escritor siciliano Andrea Camilleri, autor de la serie sobre el comisario Montalbano. Camilleri ha formulado uno de los juicios más severos sobre Renzi y sus planes. Para el novelista, el primer ministro es “un jugador temerario y arrogante” que promueve “una reforma chapucera”. “Me da miedo cuando cuenta mentiras”, confesó.
Massimo Bottura, dueño de la Osteria Francescana, critica el negativismo de sus compatriotas