La sociedad poscrisis
DESPUÉS de tres años de crecimiento económico, en los que se ha registrado una intensa creación de empleo, la sociedad española mantiene tres rasgos preocupantes: la brecha de la desigualdad social, con unos niveles salariales excesivamente bajos; la erosión de la clase media, y un desempleo que todavía afecta al 19% de la población activa.
El citado perfil poscrisis no sólo es preocupante desde el punto de vista social sino también desde el económico, porque de él depende la fortaleza del consumo, que es el principal motor del crecimiento, en un entorno internacional que presenta una coyuntura muy débil y en la que no se puede confiar.
España está muy cerca de recuperar, entre este año y el próximo, todo el retroceso del producto interior bruto (PIB) registrado durante la larga recesión sufrida. No sucede lo mismo, en cambio, con el empleo. Al ritmo actual de creación de puestos de trabajo puede tardarse aún entre cuatro y cinco años en llegar a los 20,4 millones de ocupados que había antes de la crisis.
Los 1,7 millones de nuevos puestos de trabajo que se han creado desde el último trimestre del 2013 hasta el tercer trimestre de este año generan una importante inercia a favor del consumo, en un clima de confianza general en la economía. Pero hay que tener en cuenta que los estímulos adicionales hacia un mayor gasto que existían hasta ahora se están agotando, como es el caso de la rebaja fiscal o del descenso de los precios del petróleo.
En la recuperación de la clase media como motor del consumo poco se puede confiar por el momento porque, además del deterioro general de los salarios, que han perdido el 9% de poder adquisitivo durante la crisis, el precio de la vivienda está aún lejos de recuperar los elevados valores que tuvo en su día, al igual que sucede con la bolsa, mientras que la rentabilidad de los ahorros ha caído hasta el cero por ciento como consecuencia de la política monetaria del Banco Central Europeo, en un marco global en el que la riqueza se concentra cada vez más en manos de los más ricos.
En la actual situación de poscrisis, la sociedad y la economía española tienen el gran reto de reducir la brecha social y de que los beneficios del crecimiento económico se extiendan progresivamente a todas las capas de la población. No sólo por justicia social sino también como alternativa para mantener un consumo vigoroso que garantice el crecimiento económico y el actual ritmo de creación de empleo.