La Vanguardia (1ª edición)

“Donde más ha sufrido el catalán ha sido en Francia

Joan-Lluís Lluís, escritor, autor de ‘El navegant’

- JOSEP MASSOT Barcelona

Joan-Lluís Lluís es un escritor con libros magníficos: El llibre de l’ós, Aiguafant, Les cròniques del déu coix o la aclamada versión en catalán de El llibre dels finals, de Joan Bodon. El escritor, nacido en Perpiñán, ha escrito El navegant (Proa), que, bajo la forma de una novela picaresca y de aventuras, pone en juego cuestiones como la superviven­cia de las lenguas, el mal, la ambición, el servilismo, el colonialis­mo, la traición a los ideales, el destino, el azar, lo salvaje y lo civilizado... todo ello mediante una lectura de ritmo trepidante y absorbente. El protagonis­ta es un catalán de Perpiñán, un genio de los idiomas que se ve envuelto en la Comuna de París y en un exilio en la Nueva Caledonia francesa.

“Me ha costado veinte años escribir esta novela –explica Joan-Lluís Lluís sobre El navegant–, y sus orígenes se me hacen borrosos. Había imaginado un final feliz y épico. Eso me infectaba la capacidad de escribirla. Convoqué a mi personaje y le dije: “Serás rico, vivirás muchos años, serás muy bien considerad­o socialment­e, pero tu final no será nada glorioso. Es el precio que tendrás

que pagar”. Y la novela fluyó.

¿Leyó Tom Jones, Verne...?

Me basé en lecturas juveniles, Walter Scott, un italiano que escribía novelas africanas, el Simpliciss­imus. El personaje tiene un don de lenguas. Habla todas las lenguas que oye o lee. Me interesaba situarle en el siglo XIX porque es el momento en que empieza la destrucció­n de las lenguas, la diversidad lingüístic­a. Es cuando los estados nación necesitan que toda la población hable una sola lengua. La gente viajaba muy poco, aunque el personaje soñara con ser embajador en Mongolia. Él no da ninguna jerarquía a las lenguas, una idea que la sociolingü­ística ha explicado muy bien: todas las lenguas son iguales y todas pueden hablar de todo, sólo necesitan crear los neologismo­s.

¿Cómo se le ocurrió llevar a su personaje a la Comuna de París?

Quise que saliera en portada un globo, porque es metafórico del personaje. Un globo es un medio de transporte muy aleatorio. Puedes decidir que suba, pero no adónde vas. Es el viento el que decide por ti. La historia le empuja a sitios a los que él no quiere ir. A París, Nueva Caledonia...

Cada capítulo lleva el nombre del protagonis­ta en una lengua distinta.

Fue un trabajo complicado porque no utilicé ningún traductor automático. Siempre han sido personas las que me han asesorado. Al principio cada lengua tiene que ver con lo que sucede en el capítulo. Después, ya no.

Al final aparece la lengua como

un instrument­o de dominio.

Hubo una cosa que me traumatizó cuando leía libros sobre la Nueva Caledonia del siglo XIX. Descubrí que los que habían sido revolucion­arios en París, en Nueva Caledonia colaboraro­n con el Estado francés para masacrar canacos. Hay un contraejem­plo que no quise poner, porque era demasiado romántico. Una cabecilla de la revolución, muy famosa en Francia, Louise Michel, fue deportada a Nueva Caledonia, aprendió una lengua canaca, fue a vivir con ellos, recogió sus cuentos... La realidad era que el patriotism­o impregnaba hasta la extrema izquierda. Eran patriotas antes que revolucion­arios y actuaron como patriotas matando canacos.

Y dibuja al blanco europeo como salvaje, una bestia.

Me interesaba invertir la visión sobre qué es salvaje y qué civilizado. Los canacos le perdonan la vida porque tienen piedad. Habla su lengua, que para ellos es la buena, porque todos los pueblos creen que la suya es la buena. Los antropólog­os francesas tienen el verbo “canaquizar” para definir a los antropólog­os que se quedaban a vivir con los pueblos que habían ido a estudiar. Si regresaban, eran repudiados. Les considerab­an embrutecid­os.

Late en su libro, aunque no lo exprese, su sentimient­o de catalanoha­blante que ve desaparece­r su lengua en Francia.

Sí. En el XIX es cuando se prohíbe en las escuelas, se castiga a los alumnos que lo hablan. Donde más ha sufrido el catalán ha sido en Francia. Mi libro es una declaració­n de amor a la diversidad lingüístic­a de la humanidad. Y yo defiendo mi lengua, que se halla en estado de liquidació­n en mi territorio, que también es el vuestro.

PATRIOTAS “Revolucion­arios en Francia, en Nueva Caledonia masacraban canacos” CATALUNYA NORD “París tiene garantías catalanas de que no hará reivindica­ciones territoria­les”

¿No se ha recuperado algo en los últimos años?

Sólo en prestigio. A medida que Catalunya es más visible como una entidad diferencia­da, más o menos, de España, el catalán gana en dignidad y prestigio. La única manera de salvar el catalán en la Catalunya Nord es la visibilida­d definitiva, la independen­cia de Catalunya tendría efectos psicológic­os muy beneficios­os allí. La gente que ve una bandera catalana en un partido de rugby la vería de forma muy diferente si esa bandera estuviera en la ONU.

¿Qué hace París?

Sólo hay, máximo, un 3-4% de gente que quiere la independen­cia de la Catalunya Nord. Francia tiene un miedo atávico a los cambios de fronteras, y estoy seguro de que el Gobierno francés, ya desde hace años, ha pedido al Gobierno catalán garantías de que no habrá reivindica­ciones territoria­les en caso de independen­cia, y estoy seguro de que se las han dado. Y me parece bien. Después ya se podrá hacer muchas cosas por el catalán.

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Joan-Lluís Lluís, en Barcelona, vive a caballo entre un pueblo cerca de Perpiñán y Girona
ANA JIMÉNEZ Joan-Lluís Lluís, en Barcelona, vive a caballo entre un pueblo cerca de Perpiñán y Girona

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