Zidane se gana el respeto
El francés dio un repaso táctico a Simeone en su mejor partido como entrenador
Cuestionado al principio de temporada por su mal manejo de partidos como el de Dortmund en la Champions (2-2) o el empate en casa en la Liga frente al Villarreal (1-1) o el Eibar (1-1), Zidane se vistió por vez primera el traje de gran entrenador y sorprendió al Cholo Simeone, al que dio un repaso táctico en el derbi del sábado, el primero que el Madrid gana con gran autoridad en tres años.
Fue un trabajo de autor tan inesperado como concluyente. A pesar de presentarse el Madrid en el Vicente Calderón con seis puntos de ventaja, las ausencias en el equipo blanco y el estado de ánimo de los colchoneros (llevaban tres Ligas sin perder el derbi), presagiaban que los blancos iban a pasar una de sus típicas noches negras.
Un dato resumía el ambiente previo al duelo. Todo el mundo sabía cómo iba a jugar el Atlético, pero pocos cómo y con quién iba a jugar el Madrid. Las alineaciones confirmaron que el Atlético se mantenía fiel a su estilo de esta temporada, con Gabi y Koke de pareja del centro del campo. El once del Madrid ya llamó la atención al conocerse. Por primera vez en la temporada no parecía determinado por Florentino Pérez ni el departamento de marketing. Era un equipo de autor. De Zinédine Zidane. Jugaban los que estaban más en forma, sin importar los nombres. Algo inaudito en este Madrid. La pareja de centrales era Nacho y Varane. Ramos se quedó en el banquillo. Luego, en rueda de prensa, Zidane explicó que el capitán le había dicho que no se encontraba al 100% y que no lo pusiera, pero pocos le creyeron. De hecho, Zidane siempre dice que sólo mete en la convocatoria a los que están al 100% para jugar los 90 minutos.
Otro sorpresa afectaba a la delantera. Benzema no salía de inicio y la plaza era para Lucas Vázquez, un jugador que siempre cumple y que juega poco, pero nunca se queja pase lo que pase.
Otra sorpresa llegó con el planteamiento. Zidane dijo la víspera que jugara el que jugara el sistema iba a ser el mismo. No fue verdad. El Madrid cambió el 4-3-3 por un 4-4-2 muy especial. Los croatas Modric y Kovacic se situaron en el medio, con Bale en una banda y Lucas Vázquez en la otra. Bale y Lucas tan pronto bajaron a ayudar a sus defensas como se incorporaron al ataque. Arriba jugaron Isco y Cristiano, pero no en paralelo. Isco, de enganche, fue el hombre del partido. Volvió locos a sus marcadores, que no detectaron su posición. Cristiano fue el hombre en punta. Un nueve que logró un hattrick. El primer gol llegó con suerte, pero los otros dos fueron de clásico hombre de área, y aún pudo marcar dos más.
Sustituido a diez minutos del final, Cristiano se abrazó a Zidane. En otro tiempos le hubieran llevado los demonios al tener que dejar de jugar diez minutos en los que parecía más que posible marcar algún que otro gol ante un Atlético roto. Parece difícil que Cristiano, en las grandes citas, no vuelva a jugar de nueve. Zidane no quiso sacar pecho por la victoria. Se refugió en su tópico de estar contento por la intensidad de su equipo.
Sergio Ramos y Benzema guardaron banquillo, Isco fue el mejor de enganche y Cristiano fue un nueve puro