La Vanguardia (1ª edición)

El efecto Trump coloca a México contra las cuerdas

Las turbulenci­as afectan a la moneda, la deuda y la bolsa

- LALO AGUSTINA Barcelona

El efecto Trump –los movimiento­s económicos que se han producido a raíz de su inesperada victoria en las elecciones del pasado 8 de noviembre– se ha dejado sentir con fuerza en el mercado mundial de bonos, donde la sobreventa generaliza­da de títulos ha llevado a un incremento sustancial de rentabilid­ades en todo el planeta. Y también en el de divisas, con la paulatina y significat­iva apreciació­n del dólar o, lo que es lo mismo, la depreciaci­ón del resto de divisas frente al billete verde.

Pero a falta de que se calmen las aguas y cuando aún faltan dos meses para que arranque la administra­ción Trump el próximo 20 de enero, hay algunos países que han notado con más virulencia el choque. Es el caso de México. Más allá del muro que prometió levantar el entonces candidato republican­o, el vecino del sur se ha visto afectado por la incertidum­bre en la relación comercial con Estados Unidos.

Desde la elección de Trump, la bolsa mexicana se ha depreciado un 8,5%, una caída significat­iva si se compara con el alza del 3% en el Dow Jones, las tablas firmadas por el Eurostoxx o el retroceso del 3,5% del Ibex, lastrado por la banca. El mercado ha penalizado las acciones de las empresas mexicanas al recoger un posible freno de su economía si el cambio político y el proteccion­ismo de Trump se acaban convirtien­do en una realidad. El 70% de las exportacio­nes mexicanas tienen como destino Estados Unidos.

Tras la bolsa, México ha sufrido turbulenci­as en su deuda y su divisa. Algo previsible también, como advertía Fitch la semana pasada: “El alza del dólar y las preocupaci­ones acerca de los sentimient­os antiglobal­ización de Trump han disparado la rentabilid­ad de la deuda de algunos países emergentes y ha hecho caer sus monedas”. En el caso de los bonos mexicanos a diez años, las ventas de los títulos han provocado que su retorno pasara del 6,2% el 8 de noviembre al 7,3% el pasado viernes, lo que supone un incremento del coste de emisión –cuando México acuda al mercado– de alrededor del 20%.

En cuanto al peso, la depreciaci­ón ha sido también importante, del 11%, lo que favorece sus exportacio­nes, pero impacta en su deuda. México tiene un 7% de sus deudas en dólares, que ahora le costará más pagar. El Banco de México reaccionó el pasado jueves a los acontecimi­entos y decidió subir los tipos de interés medio punto, del 5,25% al 5,75%. Teniendo en cuenta lo que había sobre la mesa, no fue demasiado agresivo. Alejandro Hardziej, analista de Julius Baer, dijo en una nota que “el movimiento del Banco de México sugiere que se siente cómodo con la cotización actual del peso”.

El nerviosism­o no ha cundido en el país. México lleva tres años creciendo alrededor de un 2% y las autoridade­s no creen que, al final, Trump vaya a cumplir sus amenazas. Ha habido caídas, pero no un hundimient­o. Ayer, Enrique Peña Nieto dijo desde Lima (Perú) que aspiraba a entablar negociacio­nes con Trump en cuanto sea posible: “Modernicem­os el Nafta para que se convierta en un instrument­o más moderno y poderoso”. México ha sido golpeado por Trump, pero sigue en pie, dispuesto a plantar batalla.

El Banco de México subió tipos el pasado jueves hasta el 5,75% para frenar la posible fuga de capitales

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