Pere Fuset
CONCEJAL EN VALENCIA
El concejal de Fiestas del Ayuntamiento de Valencia, Pere Fuset (Compromís), obligó a las falleras mayores a firmar unas normas machistas sobre cómo vestir de calle. Fuset ha reconocido su error, pero la polémica sigue abierta.
Unas normas machistas y anacrónicas para la vestimenta de calle de las falleras han hecho que vuelvan a prender las fallas de Valencia, pero en otoño. Y han provocado una grave crisis en el Ayuntamiento de la ciudad –que preside un alcalde de Compromís, Joan Ribó– alentada por el duro cruce de acusaciones entre comisiones falleras, expresidentes de la Junta Central Fallera (máximo órgano de gestión), las propias falleras y el concejal de fiestas, Pere Fuset, también de Compromís.
Sobre la mesa, incluso, peticiones de dimisión: la del edil Fuset, principalmente. A este concejal se le responsabiliza de haber obligado a las falleras de la Corte de Honor a firmar ese manual, que exige no llevar escotes o faldas por encima de las rodillas. “Un error garrafal”, según lo calificó ayer el alcalde Joan Ribó.
En esta ceremonia de confusión hay una cronología de los hechos. El viernes se divulgaron las normas. De inmediato, la vicepresidenta y consellera de Igualdad, Mónica Oltra (Compromís), las criticaron con contundencia: “Son una muestra intolerable de dominación hacia la mujer”, dijo.
Nunca antes se había obligado a las falleras a firmar algo así desde un gobierno de izquierdas. El concejal Fuset intentó justificar ese hecho en que los preceptos ya existían en papel, desde el 2007, y añadió que había pedido la firma de las falleras “por transparencia, para que todo quedara claro por escrito”. Añadió el regidor que estas normas siempre se habían dictado de voz a las falleras: tal es el caso de la obligatoriedad de la fallera a cambiarse si se considera que viste de forma “indecorosa”. Ante la tormenta política desatada, Fuset reconoció que se había cometido “un grave error”.
El domingo casi todas las falleras mayores designadas entre los años 1980 y el 2015 publicaron un comunicado en el que negaban cualquier imposición y defendían el trato recibido “siempre” por la junta central. Y apuntaban a que el error era del concejal de Compromís.
Que las falleras mayores se pronunciaran supuso un auténtico terremoto en el mundo fallero, presente en cada rincón de la ciudad. La polémica resulta insólita. Pero, además, varios exsecretarios y expresidentes de la JCF negaron la mayor e incluso que existieran estas normas por escrito. También dirigieron sus acusaciones hacia Fuset.
El episodio, el más grave del mundo fallero en años, sigue sin estar claro. Todos quieren, de alguna manera, evitar responsabilidad en el asunto. Y amenaza con
Casi todas las exfalleras mayores niegan que en su reinado se les impusieran normas sobre el modo de vestir
erosionar a un Ayuntamiento de izquierdas que ha querido modernizar y racionalizar las fallas de Valencia tras 25 años de gobierno del PP, de Rita Barberá.
La bronca se produce cuando se ha presentado la candidatura de las fallas de Valencia a la Unesco para alcanzar la categoría de patrimonio inmaterial de la humanidad. Todo esto incide negativamente. De lo que no hay duda es que las normas han sido retiradas y se van a dictar otras que, como subrayó ayer el alcalde, traten a la mujer con dignidad.