Park Geun Hye
PRESIDENTA DE COREA DEL SUR
Un 5% de popularidad para una presidenta en el poder es ridículo. Eso dice una encuesta sobre Park Geun Hye (64), acusada por la Fiscalía de Corea del Sur de complicidad en el mayor escándalo de corrupción y tráfico de influencias.
El cerco en torno a la presidenta de Corea del Sur, Park Geun Hye, es cada vez más estrecho y su situación, más insostenible. Un día después de que la Fiscalía anunciara que la consideraba cómplice en el mayor escándalo de corrupción y tráfico de influencias del país, las principales fuerzas de la oposición anunciaron que promoverán su destitución como jefa de Estado si no dimite. En la calle, cientos de miles de surcoreanos piden su renuncia cada fin de semana desde hace un mes y su índice de popularidad ha caído a un histórico 5%, según una encuesta de Gallup Korea.
A un año del final de su mandato, Park Geun Hye se asemeja a aquellos púgiles que están groguis y que esperan que la campana les salve del KO definitivo. En su caso, sin embargo, parece que ese momento no va a llegar y la única solución es que arroje la toalla. Y así se lo pidieron ayer los partidos de la oposición, que controlan la Asamblea Nacional con 165 escaños sobre un total de 300.
“Park debe dimitir de forma voluntaria. En caso contrario, vamos a iniciar inmediatamente los trámites para el proceso de destitución [impeachment] en la Asamblea Nacional”, anunció Choo Mi Ae, la líder del Partido Democrático, la principal fuerza opositora, según la agencia Yonhap. Iniciativa que secundaron el centrista Partido Popular y el Partido de la Justicia y a la que se sumarán como mínimo una treintena de los 129 diputados del gobernante Partido Saenuri, que han optado por dar la espalda a Park y secundar la petición de dimisión.
Este cierre de filas en torno a su destitución puede allanar el camino del impeachment. Un procedimiento que puede durar seis meses y que para que prospere precisa ser aprobado por dos tercios de la Asamblea y luego que seis de los nueve jueces del Constitucional también voten a favor.
La ofensiva para destituir a la presidenta de Corea del Sur tomó cuerpo ayer, después de que el domingo la Fiscalía señalara que Park cooperó con su amiga y confidente Choi Sun Sil y otros dos excolaboradores suyos para presionar a 53 grandes empresas del país para que donaran 77.400 millones de wones (cerca de 62 millones de euros) a dos fundaciones que controlaba Choi, quien, al parecer, había intentado asimismo tratar de canalizar el dinero de una de esas dos organizaciones hacia una compañía de su propiedad para beneficio propio y de su hija,
Estas revelaciones constituyen, por el momento, el resultado de las investigaciones en torno al llamado Choi Sun Sil Gate. Un caso que constituye el mayor escándalo de corrupción y tráfico de influencias que ha registrado el país y que se destapó hace algo más de un mes.
El asunto estalló al aflorar el acceso privilegiado a Park que tenía Choi, una amiga y confidente de 60 años que, sin tener ningún cargo oficial, controlaba su agenda y sus discursos, y la asesoraba en nombramientos y asuntos de Estado. La situación ha provocado la indignación popular y ha sacado a la calle a cientos de miles de surcoreanos para pedir la dimisión de Park por su debilidad ante la que denominan Rasputina por su poder sobre la presidenta.
La asesora de la líder, Choi Sun Sil, se valió de su influencia para obtener beneficios para ella y su hija