Escenario almogávar
Razzmatazz acogerá el ciclo organizado por la promotora del Suite y Cap Roig
La promotora y productora Clipper’s anuncia la creación del Room Music, un nuevo festival que tendrá como único escenario la sala Razzmatazz y que arrancará el 25 de enero con una actuación del grupo Manel.
La condición de Barcelona como ciudad musical se confirma regularmente con noticias como la que ayer por la mañana difundió la promotora y productora Clipper’s, anunciando la creación de un nuevo festival en la capital catalana, que tendrá como único escenario la sala Razzmatazz. El Room Music Festival arrancará el próximo 25 de enero con una actuación del grupo Manel y bajará el telón el 10 de junio con un recital de la cantautora estadounidense Suzanne Vega.
Que la organización del nuevo ciclo corra a cargo de Clipper’s pone la vista en los otros dos festivales que organiza la misma empresa, es decir, el Suite Festival que acoge el Gran Teatre del Liceu desde hace dos ediciones (la tercerá comenzará a mediados de enero con un concierto de Bertín Osborne) y el festival de Cap Roig, una de las citas indiscutibles del verano musical catalán, que se desarrolla en Calella de Palafrugell.
La tipología de la nueva oferta se complementaría con sus mencionados hermanos musicales. De hecho, en la nota informativa anunciando la buenanueva, la promotora barcelonesa asegura que el Room Music Festival “nace para complementar y fortalecer la oferta musical en una ciudad totalmente preparada y que goza de un gran público potencial para absorber nuevas propuestas”.
Este público será el que podrá disfrutar de una serie de conciertos de estilística variada, eso sí, pero adscribible a lo que se entiende por pop y pop-rock. Romperá el fuego el cuarteto catalán Manel, que ha estado girando este verano de manera intensa por la geografía mayoritariamente catalana, con su pop ligeramente electrificado. Y para el final, será Suzanne Vega, la gloriosa intérprete de la siempre emocionante Luka, la encargada de clausurar la primera edición del festival estilísticamente transversal. Entre ellos, los nombres que aparecerán en el coliseo de la Rambla serán conocidos, consagrados y alguna promesa ya consolidada: Level 42, Natalie Imbruglia, Sidonie, Macy Gray y Ramon Mirabet.
Si algo ha dejado implícitamente claro la dirección del neonato festival es su voluntad de continuidad y de fortalecer la oferta musical de la ciudad. Independiente del largo debate que existe sobre lo que se entiende por festival, está por ver cómo puede verse afectada la actual escena musical de la capital catalana con la aparición de una nueva oferta de estas características. En el último Anuari de la Música, que recoge los datos de asistencia y consumo musical en Catalunya en el 2015, se constata un hecho ya evidente: después de años de crisis y estancamiento, el 2015 vivió una recuperación global: uno de cada dos catalanes asistió a un concierto en ese año, es decir, un 47,8% de los catalanes fueron a conciertos. Pero también reflejó una saturación del modelo de festival y un auge del concierto individual.
Este modelo de festival en crisis no se refiere evidentemente a la mayoría de los eventos que se realizan en la capital catalana a lo largo del año y que responden por el concepto festival. De hecho, y en puridad –y teniendo sobre todo como referencia a las citas extranjeras más consolidadas que sí se pueden considerar como festivales–, más allá del Primavera Sound y del Sónar, no sería muy adecuado utilizar ese término para referirnos a esas múltiples otras convocatorias. Muchas de las referencias más exitosas en cuanto a asistencia son en realidad una acumulación de conciertos que se extienden a lo largo de varios meses, cuando no medio año, sin otro objetivo que emplear una palabra que atraiga la atención y sirva como marca de calidad.
Con todo, la cuestión que sí puede generar más polémica o incluso perjudicar a algunos de los actores de esta escena musical local es que con la aparición de una nueva oferta como este Room Music Festival se pueden solapar otros ciclos ya existentes, otros conciertos, otras propuestas artísticas y sonoras con parecido sesgo cualitativo. Aunque parezca que la crisis de asistencia es una cosa del pasado, la saturación de una oferta similar –ese eclecticismo tan presente en algunos de los llamados festivales que pueblan la ciudad– puede devenir temible realidad.
El ciclo, de siete conciertos, lo abrirá Manel el 25 de enero y lo clausurará Suzanne Vega el 10 de junio