Diacríticos y residuos sólidos
Mañana sale la nueva Gramàtica de la llengua catalana del Institut d’Estudis Catalans que se presentará en sociedad el 15 de diciembre. Es una obra magna destinada a especialistas que conforma, con el diccionario y la ortografía, la tríada de codificaciones normativas que definen una lengua de cultura. Las Normes ortogràfiques se publicaron en 1913, el diccionario en 1932 y la primera gramática data de 1918: la Gramàtica catalana de Pompeu Fabra que el IEC adoptó como propia. Hace unas semanas, el cañón del foco mediático se fijó en los pobres acentos diacríticos y pareció que el mundo (món mantiene la tilde) se acababa. La Ortografia que recoge los quince diacríticos supervivientes y otros pequeños retoques no es un capítulo de la GIEC, sino una obra independiente que ya se puede consultar en línea y que saldrá en papel a principios del 2017. El periodo de aplicación establecido es de cuatro años para que cada ámbito implicado (educativo, institucional, editorial, mediático) pueda adaptarse a ella a su ritmo. Los medios de comunicación serán el primer lugar en el que se harán visibles los cambios. Pronto el verbo
eradicar ya aparecerá con doble erre y se erradicarán algunas tildes vistosas: “dóna un confit a la néta” quedará “dona un confit a la neta”.
Gracias al consenso entre los responsables lingüísticos de los medios más importantes que operan en nuestra lengua, a principios del 2017 estos pocos cambios ya estarán inscritos en nuestras lecturas cotidianas. No todo el mundo lo podrá hacer de un día para otro. Por eso resulta remarcable que el Ayuntamiento de Valencia haya sido la primera institución que aplica los nuevos criterios. Concretamente, su Regidoria de Gestió de Residus Sòlids, que repartió esta semana entre la ciudadanía valenciana dos folletos con la campaña “València-neta” en pro del reciclaje y separación de residuos. En el pequeño, un abuelo dice por una cara “La meua neta” y por la otra “El meu net”, sin acento diacrítico, encabezando ilustraciones que juegan con el doble sentido de net: “el meu carrer net”, “la meua ciutat neta”. Alguien podría pensar que la forma destildada prevalece para reforzar el juego, pero no es el único ejemplo. En el otro folleto, un díptico que parafrasea Al vent de Raimon cambiándole la letra por “Al fem, la caca al fem...”, se personifican los cuatro tipos de contenedor diferentes con una ilustración. El de papel, azul, emite un mensaje con el verbo donar destildado: “Dona’m un bon paper per a esta pel·lícula”. Es verdad que también aparece un “sóc” acentuado y que incluso clavan un diacrítico de más al pronombre “tú” (sic), pero la vistosidad de “néta, nét” y “dóna’m” sin tilde transforma esta campaña de la Regidoria de Gestió de Residus Sòlids del Ayuntamiento de València en pionera. Mira por donde, los diacríticos vistos como residuos sólidos.
Resulta remarcable que el Ayuntamiento de Valencia sea la primera institución que aplica los nuevos criterios ortográficos