La Vanguardia (1ª edición)

El virus del sida se esconde en el genoma de las células

El descubrimi­ento indica que curar la infección será más difícil de lo esperado

- JOSEP CORBELLA Barcelona

El virus del sida (VIH) se esconde tan bien en el genoma de las células que queda fuera del alcance de cualquiera de los fármacos desarrolla­dos hasta ahora para hacerlo salir de sus escondites. El descubrimi­ento implica que la estrategia de erradicar el virus del organismo para curar la infección “será más difícil de lo que pensábamos”, declara el biólogo Guillaume Filion, director de la investigac­ión, del Centre de Regulació Genòmica (CRG) y de la Universita­t Pompeu Fabra (UPF).

Los fármacos antirretro­virales actuales son capaces de reducir la cantidad de virus en la sangre a niveles indetectab­les, lo que permite a los portadores del VIH vivir sin síntomas de la infección. Sin embargo, el virus se oculta en los llamados reservorio­s, donde permanece al acecho, sin multiplica­rse, en el genoma de las células que infecta. Si un paciente deja de tomar la medicación, el virus aprovecha la ocasión para salir de su escondrijo y vuelve a proliferar, de modo que circula de nuevo por la sangre y puede transmitir­se a otras personas. Los reservorio­s son “el principal obstáculo para desarrolla­r una cura para el VIH”, escriben los investigad­ores del CRG y la UPF en la revista Nature Structural & Molecular Biology, donde ayer presentaro­n sus resultados.

De ahí que se haya desarrolla­do un nuevo tipo de fármacos con el objetivo de reactivar aquellos virus que están escondidos para poder destruirlo­s. La nueva investigac­ión muestra que estos fármacos pueden desenmasca­rar a gran parte de los virus. Pero no hay ninguno que llegue a todos los rincones del genoma. Por lo tanto, ninguno es capaz de eliminar completame­nte la infección.

“Tenemos que pensar en otras estrategia­s más allá de reactivar los virus”, declara Guillaume Filion. “La reactivaci­ón debe ser completa o, de lo contrario, será un fracaso. Si queda una sola célula infectada en el cuerpo del paciente, la infección puede empezar de nuevo y los síntomas pueden reaparecer. Tal vez sea mejor pensar en maneras de controlar el virus cada vez que salga del reservorio”.

El virus del sida se multiplica insertando su material genético en el ADN de las células que infecta y utilizando la maquinaria de la propia célula para hacer copias de sí mismo. Actúa como un pirata que toma la célula al abordaje y se hace con el puente de mando.

La nueva investigac­ión indica que el pirata no actúa a ciegas. No inserta su material genético al azar en cualquier punto del genoma de las células humanas, sino que tiene preferenci­a por unas regiones sobre otras. Por razones que se desconocen, tiene predilecci­ón por los cromosomas humanos 16, 17 y 19. Dentro de los cromosomas, prefiere ubicarse allí donde hay genes activos o bien en regiones que amplifican la actividad de los genes.

“El virus ha evoluciona­do para selecciona­r los lugares más apropiados para el ciclo de infección”, escriben los investigad­ores.

Los resultados muestran que, según el lugar del genoma donde se inserte, el virus puede tener más tendencia a activarse o, por el contrario, a quedarse agazapado en estado de latencia.

Pero el descubrimi­ento más relevante del trabajo es que la eficacia de los fármacos utilizados para reactivar el virus, y de este modo poder destruirlo, también depende del lugar del genoma donde se haya ocultado.

Los investigad­ores del CRG y de la UPF han hecho pruebas con dos fármacos de este tipo. El vorinostat ha mostrado más eficacia para reactivar los virus que se sitúan junto a regiones amplificad­oras de genes. Por el contrario, la fitohemagl­utinina parece ser más apropiada para virus que se sitúan en tierra de nadie, en aquellas regiones del genoma donde no hay genes.

“Cada fármaco tiene unas regiones ciegas en el genoma donde no consigue reactivar de manera eficiente el VIH”, declara Filion. Estos resultados indican que será necesario combinar varios fármacos para hacer salir el virus de todos los lugares en los que puede esconderse. Pero “el número de fármacos [que harán falta] se desconoce”, advierte el investigad­or.

La investigac­ión, realizada con cultivos celulares, se ha basado en una nueva técnica que ha desarrolla­do el equipo de la CRG y la UPF y que permite encontrar cualquier fragmento de VIH insertado en el ADN de una célula humana. La técnica, llamada B-HIVE, actúa como un código de barras: lee el genoma de modo similar a cómo un escáner lee por ejemplo el código de barras de un producto en un supermerca­do.

Además de detectar en qué lugar preciso del genoma humano se han insertado genes del VIH, esta técnica permite detectar si los genes se reactivan o permanecen en estado latente. “La parte positiva –señala Filion– es que la técnica B-HIVE también podrá utilizarse para buscar combinacio­nes de fármacos que reactiven de manera más eficiente el VIH”.

Según concluyen los investigad­ores en Nature Structural & Molecular Biology, “la tecnología B-HIVE ayudará a comprender mejor los procesos que gobiernan la latencia del VIH y contribuir­á a desarrolla­r estrategia­s más eficientes para erradicar el virus”.

LA ESTRATEGIA Nuevos fármacos tratan de hacer salir el VIH de sus escondites para poder destruirlo LOS NUEVOS DATOS Ningún medicament­o es capaz de llegar a todos los rincones donde se oculta el virus EL AVANCE Científico­s del CRG y la UPF han inventado una técnica para localizar el VIH en el ADN humano EL FUTURO La esperanza es que, combinando distintos fármacos, se pueda curar la infección

 ?? DAVID EVANS / GETTY ?? Una niña junto a la cama de su madre en un hospital de Etiopía especializ­ado en tratamient­o del sida
DAVID EVANS / GETTY Una niña junto a la cama de su madre en un hospital de Etiopía especializ­ado en tratamient­o del sida

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