Barcelona acogerá a refugiados sin refugio
La ciudad ampliará a cien las plazas destinadas a ayudar a personas que queden excluidas del plan estatal de acogida
El Ayuntamiento de Barcelona anunció ayer una ampliación del plan Ciutat Refugi que permitirá acoger a refugiados sin refugio, a solicitantes de asilo que se queden sin protección. Una inversión de 950.000 euros posibilitará ampliar las plazas para estas personas de las 29 actuales a un centenar. El anuncio sirvió una vez más a los responsables municipales para denunciar la “rigidez” del plan estatal de asilo, la “opacidad” del Gobierno de Mariano Rajoy y el “incumplimiento” de los acuerdos de reubicación a que llegó con la UE.
Los responsables operativo y político del plan Ciutat Refugi, Ignasi Calbó y el teniente de alcalde Jaume Asens, respectivamente, aseguran que el Consistorio ha pedido sin éxito en tres ocasiones una entrevista con los representantes ministeriales para coordinar la ayuda que puede brindar Barcelona. El equipo de gobierno dice haber pedido al grupo municipal del PP que interceda para que les permitan “encontrar un interlocutor válido”.
Que los planes estatales son excesivamente rígidos no lo dice sólo el Ayuntamiento de Barcelona, sino también la propia secretaría general de Integración de los Inmigrantes. Este departamento, dependiente del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, ha acabado dando la razón a una familia siria que llegó a Catalunya y que tramitó la solicitud de protección internacional de ayuda. Cuando se la concedieron, meses después, ya estaban instalados en El Vendrell y sus hijos, escolarizados. La familia –asesorada por un matrimonio español que le abrió las puertas de su casa y de sus corazones– solicitó el resto de las medidas, pero rechazó las plazas en un colegio y acudir a un centro de acogida de Sevilla porque esas dos necesidades –escolarización y vivienda– ya las tenía cubiertas. El rechazo implicó la inmediata exclusión de todas las ayudas, una arbitrariedad que también ha criticado la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril.
Las cien plazas que anunció ayer el Consistorio servirán para personas que hayan agotado el plazo de ayuda estatal o hayan quedado excluidas. Se trata, asegura Jaume Asens, de “garantizar una ayuda integral a personas refugiadas en situación de vulnerabilidad”. El teniente de alcalde agregó que se ha pasado del “queremos acoger” al “ya estamos acogiendo”. Los críticos acérrimos a estos planes reprochan que se concedan en detrimento de políticas sociales para quienes ya lo pasan mal. Sin embargo, la alcaldía insiste no sólo en que se trata de partidas presupuestarias distintas, sino en que así se garantiza que los refugiados que requieran ayuda la reciban sin “recurrir a otros recursos municipales”.
El Ayuntamiento ha pedido sin éxito en tres ocasiones una reunión para coordinarse con el Gobierno de Rajoy