Zuckerberg rectifica y anuncia un plan contra la ‘desinformación’ en Facebook
El reto es combatir la mentira tras la rentable estrategia de Trump en internet
No, Mark Zuckerberg ya no puede seguir jugando al yo no fui ;si sacas pecho afirmando que has cambiado el mundo por tu papel durante la primavera árabe , no puedes después negar tu influencia en unas elecciones. Simplemente no es coherente”. Lo escribía hace unos días en su blog Enrique Dans, profesor de Innovación en IE Business School, al analizar el papel que ha tenido Facebook en la victoria de Donald Trump. La mayoría de expertos en redes sociales coinciden en que el poder manipulador de esta gigante plataforma, y especialmente la viralización de noticias falsas durante la campaña americana, explicarían la derrota de Hillary Clinton. Zuckerberg no encajó, sin embargo, esas críticas y su primera respuesta fue para asegurar, sin convencer a nadie, que el noventa y nueve por ciento de los contenidos de la red son veraces.
Rectificar es de sabios y el propietario de la primera plataforma social del mundo (con más de 1.700 millones de usuarios activos) dio ayer un paso atrás. Lo hizo con un anuncio en su propio muro en el que comunica la puesta en marcha de un plan para perseguir desde la misma red la difusión de bulos. Mark Zuckerberg sigue evitando, sin embargo, hablar de “noticias falsas”. En su mensaje –usa un tono coloquial como si se dirigiese a sus amigos– el dueño de Facebook afirma que la batalla iniciada es contra “la desinformación”. Reconoce, asimismo, por primera vez que la plataforma es mucho más que una difusora de contenidos. “Llevamos bastante tiempo trabajando en este problema, nos lo tomamos en serio y aunque hemos progresado, queda mucho por hacer”, escribe el amo de la red.
Trabajo no les va a faltar a los gestores de Facebook si realmente quieren acabar con la publicación de noticias falsas en esa plataforma.
Según BuzzFeed, el 38% de los mensajes publicados por los partidarios de Trump durante la campaña eran mentiras. Realidad que benefició al candidato republicano si se tiene en cuenta que las informaciones falsas, incendiarias o difamatorias (las preferidas por los estrategas de Donald Trump) tienen un 2,5 por ciento más de interacciones que las verdades.
Así que Trump no lo dudó a la hora de repartir su inversión para la campaña. Destinó más dinero a las redes sociales que a los medios convencionales “y acertó porque eso le dio mucha más visibilidad que la obtenida por Hillary Clinton, que pese a invertir el triple en publicidad televisiva que Trump tuvo un impacto mediático menor”, afirma Ferran Lalueza, profesor de Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya.
Facebook, sin restar mérito al éxito que la publicación de noticias falsas tuvieron también en Twitter o Google, fue el mejor trampolín de Trump. Una evidencia con la que al final –aunque la respuesta llegue tarde– ha tenido que comulgar Mark Zuckerberg. Sin olvidar la oleada de críticas oídas los últimos días contra Facebook o la pérdida de confianza en esta plataforma de muchos usuarios.
El dueño de la mayor red social del mundo se compromete a aplicar siete medidas para que las noticias falsas (o desinformación,
El dueño de la red intenta recuperar la confianza del usuario y borrar el calificativo de manipulador político
como dice él) sean detectadas de inmediato y, lo más importante, que esas mentiras no sean premiadas con publicidad al convertirse en virales. Facebook promete cambios en ese portal para que cualquier usuario pueda denunciar un contenido falso y hacer que ese aviso se transmita de forma muy sencilla.
Contratará, asimismo, a “organizaciones de contrastado prestigio” para que verifiquen la veracidad o falsedad de cualquier información. Quiere implantar un sistema de alertas para que todos los usuarios identifiquen de forma muy clara qué es verdad o mentira. Prestará más cuidado en los enlaces añadidos a los artículos; cambiará el sistema de los anuncios para las páginas más visitadas (normalmente son aquellas con mensajes incendiarios, llamativos o, simplemente falsos) y prevé contar con la ayuda de periodistas para ese control. De estos últimos, afirma Mark Zuckerberg, “se espera que nos enseñen sus métodos de verificación de las noticias para aprender de ellos”. De momento sólo es una lista de intenciones.