‘Venderse’ en un mundo volátil, incierto, complejo y ambiguo
Las tendencias en el ámbito laboral responden a los cambios que experimentan las empresas y el entorno socioeconómico, cambios cada vez más rápidos e impredecibles en un mundo que se ha dado en llamar VUCA, las siglas en inglés de cuatro conceptos que van a marcar las decisiones que tomemos: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad.
La idea de un ‘trabajo para toda la vida’ es ahora impensable; las profesiones cambian, surgen otras nuevas adaptadas a la gran transformación que estamos viviendo y se crearán más en los próximos 15 o 20 años, sin que a día de hoy podamos conocer cuáles serán. Un 65% de los niños que están en primaria ahora trabajarán en profesiones que todavía no existen.
Esa evolución rápida e incierta plantea la necesidad de adoptar cambios de enfoque estratégico tanto para las empresas como para la persona que desea diseñar su carrera y mantenerse empleado. La empleabilidad es la capacidad de una persona para lograr empleo, mantenerse en él o poder cambiar, ya sea dentro de la misma empresa como en una nueva. En otras palabras, es la habilidad de seguir siendo atractivo para el mercado de trabajo, seguir aportando valor.
Cuando hablamos de empleabilidad debemos considerar no solo aspectos individuales sino también del entorno, es decir variables políticas, económicas y sociales como las medidas para la creación de empleo, la evolución del sector o los cambios tecnológicos o culturales.
Las competencias individuales son el resultado de los conocimientos y las destrezas, pero también de los valores y las creencias, de las motivaciones e incluso de los rasgos de personalidad. En clave de empleabilidad, las competencias necesarias cambian y debemos saber adaptarnos compaginando habilidades transversales con específicas. Aunque no es el único, la formación continua es un elemento clave para mantenernos empleables. La gran transformación que experimentamos supone tanto el desarrollo de la tecnología como del talento y cada persona es corresponsable de su empleabilidad para cada contexto profesional.
La era digital exige conocer el lenguaje tecnológico y encaminarse a ser un profesional del futuro y para ello también se precisan las capacidades relacionadas con la colaboración y la innovación. En un momento de gran competencia en el mercado de trabajo veamos algunos de los factores transversales que pueden aumentar nuestra empleabilidad y que por tanto serán “argumentos de venta” para postular para un trabajo.
Tengamos presente que, además, debemos ser capaces de comunicar nuestras competencias y el valor que aportamos, cada día, en el mundo 1.0 y en el 2.0, a través de nuestra conducta con las personas que nos rodean, pero muy especialmente cuando conectamos con una empresa o nos presentamos ante un seleccionador: no solo hay que ser bueno, sino también parecerlo.
A un reclutador los títulos del CV le hacen suponer ciertos conocimientos, pero no el estilo personal de comunicación, la capacidad de resolver problemas o la gestión del estrés… Por ello, es fundamental saber explicar qué nos hace candidatos ideales, desde las redes sociales y hasta cualquier entrevista o encuentro.
Y una vez logrado el empleo no hay que dormirse: ser empleable significa tener, mejorar y adaptar competencias demandadas por la empresa en cada momento.
La empleabilidad es el reflejo de la capacidad constante de dar el siguiente paso en nuestra carrera, y ello es posible poniendo el foco en nosotros mismos para conocernos y valorarnos.
Es necesario saber explicar qué nos hace ser el candidato ideal, ya sea en las redes sociales o en una entrevista