Kariakin golpea primero
Carlsen subestimó a su adversario y arriesgó más de lo necesario
Los riesgos que tomó el vigente campeón, Magnus Carlsen, le pasaron factura en la octava partida de la final, que se llevó el ruso Kariakin tras un largo combate que le convierte en máximo favorito para hacerse con el título mundial.
El campeón jugó de modo muy ambicioso, arriesgando más de lo necesario en varios momentos de la partida, aparentemente irritado por la estrategia de tablas empleada por su rival durante todo el campeonato. El enfado de Carlsen y su delicado estado psicológico se confirmó tras la derrota, cuando dejó plantados a los medios presentes sin contestar una sola pregunta. El juego comenzó a ritmo lento, pero el noruego forzó a toda costa las complicaciones, en una estampa que recordaba a Muhammad Ali situándose voluntariamente contra las cuerdas frente a George Foreman en el famoso combate de 1974. Kariakin rehusó en un principio la pelea, pero el noruego le forzó a fajarse en el cuerpo a cuerpo. La partida fue cobrando intensidad y tras los apuros de tiempo –los jugadores deben completar las primeras 40 jugadas en no más de dos horas– la situación se mantenía muy complicada y desequilibrada. A partir de ese momento, me dio la impresión de que el noruego subestimó a su rival, cruzando repetidamente la línea roja de seguridad que dicta el sentido común. Por fin, Magnus cayó noqueado cuando fue incapaz de atender dos frentes a la vez: el avance del peón enemigo y la seguridad de su rey. Con este resultado, el aspirante se convierte ahora en favorito a falta de cuatro partidas, y Carlsen queda obligado a seguir arriesgando en pos de esa imprescindible primera victoria que le permita igualar el marcador.
37... d3? Carlsen había sacrificado dos peones para atacar al rey negro. Con poco tiempo en el reloj, Kariakin no acierta a rematar. La buena era 37... a4! para d7. Tras 38. xb6 cd7 las negras quedan con un peón de más que debe garantizar la victoria. 38. xe6+! fxe6 39. e7+ g8 40. xf6 a4 41.e4! De pronto el rey negro ha quedado muy vulnerable y las blancas logran suficiente contrajuego. Las tablas vuelven a aparecer como el resultado más probable. 41... d7! 42. xg6+ g7! 43. e8+
f8 44. c6?! Debía ser mejor 44. g6+ buscando las tablas. 44... d8! La dama y el caballo negro se coordinan de maravilla para cubrir todos los puntos débiles. Carlsen necesita generar contrajuego ante el imparable avance del peón negro. 45.f5! a3 46.fxe6 g7! El campeón debía confiar en 46...a2? 47.e7 xe7 48. a8+ 47.e7 xe7 48. xb6 d3 49. a5? Quizá Carlsen había perdido totalmente la objetividad, sin darse cuenta de que debía luchar desesperadamente por las tablas a pesar de su peón de ventaja. La alarma de todo buen jugador le invita a considerar 49.e5! xe5 y las posibilidades defensivas de las blan- cas aumentan considerablemente tras 50. d5
49... c5! 50. a6 e5! El alfil blanco ha quedado sepultado tras el inservible peón de e4. La posición blanca se ha vuelto muy peligrosa y desagradable de defender. 51. e6? Mejor, aunque quizá insuficiente era 51. b7+ 51...h5! La intervención de este modesto peón es clave para decidir la lucha en favor de las negras. La amenaza es h5–h4, debilitando decisivamente las defensas del rey blanco. 52.h4? Esto pierde de inmediato, pero ya no había buena defensa. Al cancelar la rueda de prensa, nos quedamos con las ganas de saber si Carlsen pensaba que estaba bien y omitió la respuesta de las negras, o simplemente se sentía ya vencido. 52...a2! Y Carlsen optó por abandonar. Resulta que tras 52...a2! 53. xa2 sigue con fuerza 53... g4+ 54. h3 g1! 55. b2+ g6 Se acaban los jaques, y después de la única defensa 56. f3 f2+ las blancas deben sacrificar la dama, llegando a un final ganado de forma trivial para las negras. 0–1