Uribe rechaza el segundo acuerdo de paz y la incertidumbre aumenta
Las FARC se instalan en Bogotá y la negociación se traslada de Cuba a Colombia
La segunda oportunidad para la paz colombiana no es un camino de rosas. El Gobierno quiere acelerar, los críticos frenar y las FARC están expectantes y advierten sobre los riesgos que entraña el goteo de asesinatos de líderes campesinos. El expresidente Álvaro Uribe y los portavoces del no triunfante en el referéndum del 2 de octubre sobre el primer acuerdo rechazan también el segundo texto, anunciado el 12 de noviembre en La Habana.
El presidente Juan Manuel Santos ha vuelto a pecar de optimismo, como sucedió en la campaña por el plebiscito. El mandatario lo tenía todo organizado para firmar ayer en Bogotá el segundo acuerdo junto al comandante en jefe de las FARC, Timochenko, que el lunes había volado desde Cuba acompañado por otros miembros del Secretariado de la organización insurgente. Pero Santos se precipitó. Su jugada era que hoy –como está previsto– comenzara a debatirse el acuerdo en el parlamento con la idea de que fuera un rodillo, mientras los legisladores aún tenían en la cabeza la potente e histórica imagen de los líderes de la guerrilla por primera vez a cara descubierta en el centro del poder de Colombia.
Santos confiaba en que las reticencias de los críticos desaparecerían durante la maratónica reunión del lunes entre negociadores del Gobierno y portavoces del no, a la que asistió Uribe. Sin embargo, tras siete horas los opositores continuaron negándose a avalar el documento que consideran “un retoque del acuerdo rechazado por los ciudadanos”, según un comunicado leído por el propio Uribe la madrugada del martes (hora española).
Los críticos aseguran que el Gobierno se niega a “revisar” aspectos como “la elegibilidad mientras se cumplen penas” de los guerrilleros, las “normas de impunidad y órganos de justicia”, la eliminación del “narcotráfico como conexo al delito político” o que el acuerdo no se incorpore a la Constitución. Puntos que supuestamente habían quedado modificados a petición de los defensores del no. “El Gobierno nos ha dicho que estos temas no son revisables. Solamente propone un Acuerdo de Implementación en el Congreso, que no permitiría modificar los anteriores aspectos”, indica el comunicado. No obstante, los críticos reconocen “avances” y muestran “toda la disposición a dialogar” con el Gobierno y la guerrilla. “Proponemos aprovechar la presencia en Bogotá de los líderes de las FARC”, se agrega.
Timochenko y los otros miembros de la dirección guerrillera se encuentran resguardados por las fuerzas de seguridad en un lugar reservado donde ayer mantuvieron un encuentro con los negociadores del Gobierno, encabezados por Humberto de la Calle. En este sentido, es significativo que el diálogo se haya trasladado de Cuba a Bogotá y abre la puerta a que el uribismo y el resto de opositores hablen formalmente con las FARC para desencallar el proceso, algo a lo que Santos se había negado hasta ahora.
Tras el fracaso de la larga reunión del lunes, De la Calle también leyó un comunicado donde reconoció que el Gobierno nunca ofreció modificar el segundo texto –que según Santos ya incorporaba la mayoría de peticiones de los opositores–, sino llegar a un “acuerdo nacional” para su aplicación. De la Calle advirtió de la “urgencia de implementar cuanto antes el acuerdo de paz”, en vista de la “fragilidad del cese al fuego” y de que “en los últimos días la situación de violencia se ha agravado igualmente con el asesinato de varios líderes comunitarios”.
El uribismo y el resto de críticos proponen negociar directamente con la dirección de la guerrilla
Precisamente, Santos presidió ayer una reunión para tratar de los atentados mortales contra líderes campesinos –tres sólo el fin de semana pasado–, donde anunció que miembros de la Fiscalía y el Gobierno mantendrán reuniones semanales con los alcaldes de los municipios más afectados. Y ordenó a la Fiscalía “acelerar” las investigaciones para esclarecer los asesinatos. “Esta incertidumbre va aumentando los riesgos y por eso la urgencia de tomar las decisiones”, indicó ayer Santos en referencia al impasse por la aprobación del acuerdo.
El presidente pidió también acelerar el reagrupamiento de los guerrilleros en las zonas previstas en unos acuerdos que siguen pendiendo de un hilo. “No vamos a permitir que los violentos pongan en riesgo la paz. Con comisión de DD.HH. definimos fortalecer protección de líderes sociales”, tuiteó Santos.
Por su parte, el miembro del Secretariado de las FARC Pablo Catatumbo se mostró muy beligerante contra Uribe: “Uribe malgobernó, corrompió y ensangrentó a Colombia durante 8 años y nunca quiso la Paz sino la derrota de las FARC, no pudo. Dilatar no”, tuiteó.