El Govern no dará crédito al diálogo de Rajoy hasta que pase a los hechos
Munté lamenta que el gabinete del PP siga actuando con “deslealtad institucional”
“El diálogo nos lo creeremos si se ejerce, si se concreta, si se pasa de las palabras a los hechos”. La frase refleja el escepticismo con que el Govern acoge la voluntad de diálogo y acercamiento expresada de manera reiterada en los últimos días por el nueve gabinete de Mariano Rajoy, a la que de momento se resiste a dar credibilidad. “La apelación al diálogo, si no va acompañada de hechos, no nos genera ninguna confianza, y hasta ahora sólo escuchamos palabras, cuando lo que necesitamos son hechos”, remarcó la consellera de Presidència, Neus Munté, en la rueda de prensa posterior a la reunión del Govern, que ayer estuvo justamente dedicada al análisis del comportamiento a su juicio “institucionalmente desleal” que el Gobierno español sigue teniendo con la Generalitat.
“Las invitaciones al diálogo están muy bien, pero caen en saco roto cuando se ven las acciones que las acompañan”, lamentó la portavoz del Govern en referencia a la persistencia de la judicialización de la vida política, al mantenimiento de la conflictividad en el Tribunal Constitucional y al incumplimiento de compromisos y sentencias y a la invasión de competencias por parte del Gobierno del PP. “Ahora el Gobierno español tiene la oportunidad de demostrar si va de verdad o se trata de una mera operación de maquillaje y un brindis al sol”, subrayó a modo de invitación para que abandone tales prácticas. “Nosotros hace cinco años que reclamamos diálogo, pero de momento al otro lado de la mesa todavía no se ha sentado nadie”, zanjó Neus Munté.
Un diálogo, en todo caso, que el Govern, como enfatizó la semana pasada el propio presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, desea que sea bilateral con las instituciones del Estado y no esté some- tido al régimen del café para todos que tan malos resultados considera que ha proporcionado a Catalunya. Y un diálogo que, a estas alturas, entiende que tiene que versar sobre todo, sobre la gestión del día a día y también sobre la celebración del referéndum, pero que en ningún caso ralentizará ni frenará la marcha del proceso soberanista, entre otras cosas porque “este diálogo aún no ha empezado”. “Al Gobierno del PP le queda todavía mucho para ganarse la legitimidad de un gobierno dialogante, y mientras tanto el proceso continúa avanzando”, advirtió la consellera de Presidència.
El alcance que debe tener este diálogo es, precisamente, el principal punto de distanciamiento entre la Generalitat y el Gobierno español cuando ni tan siquiera ha comenzado a ponerse en práctica. La situación volvió a quedar una vez más en evidencia ayer mismo, porque después de que la portavoz del Govern insistiera en la necesidad de hablar también de la celebración del referéndum de autodeterminación, la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, insistió en justo todo lo contrario. Lo hizo en la sesión de control en el Senado, en la que, en respuesta a las críticas de Josep Lluís Cleries por la mala financiación o la escasez de inversiones en Catalunya, invitó a “pasar de los agravios comparativos y los reproches” a hablar del corredor mediterráneo, de la financiación, de cercanías, del FLA, pero sobre todo a hacerlo “desde la lealtad institucional y el respeto a la ley”.
Las relaciones entre Catalunya y el Estado fueron protagonistas en la sesión de control en el Senado a través de esta pregunta del portavoz del PDECat, pero también de otra que el senador de ERC Santiago Vidal dirigió a Mariano Rajoy. “Creía que veníamos a hablar de 7,5 millones de españoles, no de uno”, dijo irónicamente la vicepresidenta del Gobierno en alusión a los “casos personales” del exjuez y de Francesc Homs que ambos plantearon.
La portavoz insiste en la necesidad de hablar del referéndum y avisa que el proceso no se detiene Santamaría replica que el diálogo debe quedar circunscrito al marco del “respeto a la ley”