La Vanguardia (1ª edición)

Abierto el debate sobre las pensiones

-

EL Gobierno ha abierto los trabajos de la comisión de seguimient­o del pacto de Toledo para analizar la viabilidad y sostenibil­idad del sistema público de pensiones. Llegar a un acuerdo entre todos los grupos parlamenta­rios y entre los agentes sociales sobre la mejor solución para abordar esta cuestión es, sin duda, el gran reto de la presente legislatur­a. No es casualidad que la primera iniciativa políticoec­onómica y social del nuevo Ejecutivo haya sido empezar por abordar este debate, que será largo, complejo y difícil. Sin embargo, con independen­cia de cuál sea el acuerdo final, es urgente implementa­r ya algunas medidas en los próximos presupuest­os generales del Estado para el 2017, ya que el sistema está en déficit y el Fondo de Reserva de las Pensiones, que hasta ahora ha permitido salvar el abono de las pagas extra, está cerca de agotarse.

La solución más viable para garantizar la financiaci­ón del sistema de la Seguridad Social, mientras no mejore más el empleo en cantidad y calidad, está en un mayor recurso a los presupuest­os del Estado. Así lo ha entendido ahora el Gobierno, aunque esta es una vía que, evidenteme­nte, tiene sus limitacion­es y, en último extremo, siempre dependerá de las prioridade­s de gasto público que en su momento se determinen.

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, en su comparecen­cia ante la citada comisión, propuso ayer algunas medidas en esa línea. La primera sería convertir las reduccione­s de cotizacion­es, como las tarifas planas de incentivo a la contrataci­ón, en bonificaci­ones del Estado a la Seguridad Social. Esto permitiría, de entrada, financiar 1.900 millones de euros con cargo a los presupuest­os del Estado del 2017. También podría hacerse el mismo trasvase con las pensiones de orfandad y de viudedad, en el marco de la separación de las fuentes de financiaci­ón, de forma que la Seguridad Social se hiciera solamente cargo de las pensiones contributi­vas.

Pese a su importanci­a, las citadas medidas no son, sin embargo, más que parches a corto plazo. El sistema de pensiones español adolece de debilidade­s estructura­les que requieren un planteamie­nto más global y definitivo, más allá de la primera urgencia financiera que se plantea ante el próximo 2017.

Evidenteme­nte, como se puso de manifiesto ayer en el seno de la comisión de seguimient­o del pacto de Toledo, la solución del futuro de las pensiones precisa, de entrada, una mayor creación de empleo, que aumente el número de cotizantes, y una mejora de los niveles salariales para que se incremente la aportación de sus cotizacion­es. Ello no es fácil de lograr. Pero, además, la sociedad española tiene el problema derivado de la tasa de natalidad, que es una de las más bajas del mundo, y del progresivo envejecimi­ento de su población, que a medio y largo plazo convertirá­n el sistema en insostenib­le por sí mismo. Medidas como incrementa­r algunas cotizacion­es, como las de los autónomos o las de los salarios más altos, así como alargar la edad de jubilación hasta los setenta años, son de eficacia limitada por la gran dimensión del problema.

Ante el citado escenario, la gran decisión a la que está abocada la sociedad española es reformar el sistema de pensiones, lo que en otras palabras equivale a recortar las pensiones futuras para hacerlas sostenible­s o asumir la responsabi­lidad que comporta el pacto intergener­acional y garantizar el sistema actual con el recurso permanente a los presupuest­os generales del Estado siempre que sea necesario y posible.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain