Fillon se olvida de Europa
El favorito de la derecha francesa reivindica el gaullismo e ignora a la UE
Cuando la Unión Europea está atravesando la peor crisis de su historia y cuando esa crisis es crucial para comprender el propio
malestar existencial de Francia, la derecha francesa se permite el lujo de olvidarse el asunto.
Ese es el sorprendente dato que arroja el debate entre los dos candidatos a candidato a la presidencia de Francia del campo de la derecha, François Fillon y Alain Juppé, que mañana se disputan la final, en la segunda y última vuelta de las elecciones primarias de esa familia política. Salvo sorpresas de la envergadura del Brexit o del trumpetazo, el vencedor de la carrera que se decide mañana tiene muchas posibilidades de convertirse, en mayo, en el próximo presidente de Francia. De ahí la significancia del olvido.
La crisis europea, el embrollo del euro, la muerte clínica –pero no reconocida– del eje fundador franco-alemán, en el que Francia es esposa maltratada y al borde del divorcio, los desequilibrios que la política económica alemana, su dumping salarial y sus topes de deuda que han estado restando competitividad a la economía francesa durante años y ahogan su funcionamiento, ni siquiera se han mencionado.
En el último debate televisado, celebrado el jueves por la noche ante 8,5 millones de telespectadores, se habló de todo: de los programas de terapia de choque propuestos por ambos aspirantes, del aborto, de la identidad nacional, de la adopción homosexual y hasta un poco de política exterior, pero de la crisis europea, que ya no es sólo entre sur y norte, sino también entre este y oeste, e incluso entre ambas orillas del canal de la Mancha, de eso no se habló.
Tampoco se habló de Europa en los dos grandes mítines que ambos candidatos organizaron el martes, el uno en Lyon y el otro en Toulouse. Y eso cuando François Fillon, el presidenciable más probable de ellos, promete “restablecer el papel del país en dos años, acabar con el paro en cinco, y colocar a Francia como primera potencia Europea en diez”.
Fillon, 62 años y ex primer ministro de Nicolas Sarkozy entre el 2007 y el 2012, es el mejor colocado porque en la primera vuelta de las primarias, el domingo pasado, obtuvo el 44% de los votos, 16 puntos por delante de Juppé, de 71 años, y a 24 puntos del descalificado Nicolas Sarkozy, que llama a votar por el primero.
Al hablar de los programas de ambos candidatos, a fuerza de examinarlos con microscopio se pierde de vista lo más flagrante: su similitud.
“En el fondo tienen la misma visión de las cosas y en lo esencial sus programas son similares”, señala el editorial del conservador
Le Figaro, el principal diario de esta corriente.
Disminución del impuesto de sociedades del 33,3% al 25%, o al 22%, recorte de prestaciones sociales, drástica disminución de funcionarios (medio millón en un caso, hasta 300.000 en el otro), incremento del IVA, uno o dos puntos, y recorte de gasto público de 85.000 millones en un caso y de 100.000 millones en el otro. Todo eso supone “medidas draconianas que la derecha nunca se atrevió a defender en un pasado reciente”, observa Le Figaro. En el otro extremo, el colectivo Economistas
aterrorizados, antineoliberal, augura que este programa radical, “instalará la recesión y aumentará las desigualdades”.
HORIZONTE “Colocar en dos años a Francia como primera potencia europea”, dice el favorirto TERAPIA DE CHOQUE Los programas económicos de los dos aspirantes son muy parecidos