La Vanguardia (1ª edición)

Los cubanos despiden a Castro.

Miles de cubanos rinden homenaje a Fidel Castro en la plaza de la Revolución

- ANNA BUJ La Habana. Enviada especial

La Habana registró ayer largas colas para homenajear a Fidel antes de que se inicie el recorrido de sus cenizas por la isla.

Entre el silencio, el murmullo. Los primeros cubanos que se trasladaro­n ayer a la plaza de la Revolución de La Habana habían esperado desde la madrugada para despedirse de Fidel Castro. Allí, dentro del monumento al líder independen­tista José Martí, reposan sus cenizas estos dos días, según las autoridade­s cubanas. Al final de la línea el visitante sólo podía ver dos coronas de flores, una impresión del “Concepto de revolución” que recitó el gobernante cubano el 1 de mayo del 2006 y la fotografía icónica que ilustraba el codiciado Granma vespertino del sábado. De cuerpo entero, con el uniforme verde oliva y la mirada al horizonte.

“Va a estar siempre porque no se ha ido”, dice Manuel Saín que, a metros de los tumultos, se los mira con una media sonrisa. “Hoy sólo hemos venido a representa­r la despedida física, porque su fuerza y sus ideas nos acompañará­n durante generacion­es”, repite este guajiro, que proviene del oriente de la isla. Tenía apenas 21 años cuando Fidel Castro, muerto este pasado 25 de noviembre, entró en La Habana. Luchó en el frente de los trabajador­es y se vio beneficiad­o de los primeros programas de alfabetiza­ción. Ayer a simple vista no había ningún rastro de las cenizas dentro del monumento en la plaza en la que había dado sus más famosos discursos, pero a él no le importa.

A las ocho de la mañana, una hora antes de la apertura del memorial, en las colas de entrada ya había miles de personas esperando a despedirse. Entraban ordenadame­nte, permanecía­n de pie ante miembros del batallón de ceremonias de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias y representa­ntes del Consejo de Cuba, callaban y seguían avanzando en silencio entre la salida. El pueblo cubano, tan habituado a las celebracio­nes ruidosas, se encuentra en trance. Durante estos nueve días de luto oficial se ha prohibido la venta de alcohol y las fiestas en las discotecas de La Habana. La dimensión histórica del evento es evidente hasta en la distribuci­ón del Granma: la edición del sábado, que normalment­e se vende a 20 centavos de peso cubano, ya puede llegar a los tres CUC (unos tres euros) entre los vendedores ambulantes de las calles.

El silencio se rompe del todo una hora más tarde: es el momento elegido para que la plaza retumbe con las 21 salvas de artillería disparados simultánea­mente desde el Morro de la Cabaña, en la bocana de La Habana, y desde Santiago de Cuba. Las señales que evidencian el comienzo de los actos oficiales –aunque el luto ya había empezado hace dos días– que se celebrarán hasta el entierro del mandatario cubano en el cementerio de Santa Ifigenia de Santiago. “Que viva Fidel, y que viva el socialismo”, grita un hombre mayor, de los primeros de la cola, con su bastón, una camiseta amarilla con la cara de Fidel y la conocida

“Va a estar siempre porque no se ha ido”, dice un anciano, que aprendió a leer con los programas de Castro

gorra verde revolucion­aria. Los otros le siguen con sonoros vivas y corean el nombre del Comandante. “Así es, digan lo que digan estos –señala a la prensa internacio­nal, aglomerada a las afueras–, pero en cualquier lugar hay estúpidos. ¿Cómo va a estar toda esta gente obligada a venir aquí? Eso no se puede fingir”, le contesta otro, con una camiseta del Che. “Ya no tengo lágrimas con las que llorar, se me han secado los ojos”.

El principal acto de masas será mañana a las 19 horas en la misma plaza histórica, donde se espera que Raúl Castro se dirija al pueblo cubano. Ése es el momento elegido para que también se despidan las autoridade­s internacio­nales y varios jefes de Estado. Están confirmada­s las presencias del primer ministro canadiense, Justin Trudeau; del griego, Alexis Tsipras, y de varios mandatario­s de países aliados latinoamer­icanos como Evo Morales (Bolivia), Nicolás Maduro (Venezuela), Rafael Correa (Ecuador) o Daniel Ortega (Nicaragua). Por parte de España acudirá el rey Juan Carlos, y tampoco se descarta la presencia de expresiden­tes afines como el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva o la argentina Cristina Fernández.

Las sillas blancas ya están preparadas para que acudan la mayoría de miembros de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias en uniforme, médicos o estudiante­s que se despidiero­n ayer, pero sobre todo muchos mayores, que son los que parecen estar más afectados por la partida del líder cubano. “Mírame a las canas”, esgrime José Antonio Negrín, de 81 años. “Recorrer el trayecto con él durante tantos años le hace a uno muy afín a sus ideas”. Le conoció en la inauguraci­ón del hospital Ameijeiras, en el centro de la capital, en el que ha trabajado como médico durante décadas “gracias a él”. “Lo que más me impresionó cuando lo conocí fue la manera de escuchar. Cómo escuchaba cuando le hablabas, con la mano en la barba, sin prisa alguna, para intentar comprender todo lo que le pedíamos”, recuerda. Mercedes Córdoba, una anciana que avanza con dificultad­es a la salida, asegura que no por esperada deja de afligirles la noticia. “Esta pequeña islita se convirtió en el país con más calidad de vida de América Latina, con sanidad y educación gratis para todos los cubanos. Gracias a él”.

“Luchamos contra los bandidos entonces, pero ahora les toca a los jóvenes”, asiente de nuevo Manuel Saín, con su bastón y su gorra. A la salida se lo sigue mirando desde las afueras de una de las tres entradas en las que firman un documento prometiend­o estar de acuerdo con los principios revolucion­arios. “Es impresiona­nte, es un momento histórico”, dice. Aunque la mayoría de los partidario­s castrenses que se acercaron ayer promete que nada va a cambiar, ve con preocupaci­ón la falta de carisma del sucesor y hermano del Comandante. “Fidel brillaba con luz propia y él, no. Esto lo sabemos todos, pero nadie habla. A ver qué pasará ahora”.

Juan Carlos I, Trudeau, Tsipras, Maduro, Correa y Morales, entre los líderes que asistirán hoy al acto en la capital

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CARLOS BARRIA / REUTERS Una gran fotografía de Fidel Castro cuelga de un edificio en la plaza de la Revolución, donde la gente espera para despedirse del Comandante
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RAMON ESPINOSA / AP
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