La OCDE aplaude la política de gasto e inversión de Trump
El organismo pronostica que el plan dará lugar a más crecimiento
El club de los países ricos, la OCDE, respaldó ayer el programa de gasto e inversión anunciado por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Según el organismo internacional, el programa que el magnate propugna desde hace mucho tiempo acabará impulsando tanto la economía de EE.UU. como la del resto del mundo.
La Administración Trump ha marcado su primer gol. Incluso antes de que empiece el partido. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), considerada como el club de los países ricos, en la presentación de su informe semestral de perspectivas económicas dio ayer una luz verde preliminar “a las intenciones” de la nueva presidencia norteamericana, que comenzará a rodar el próximo mes de enero.
“Las señales apuntan a cierta postura expansiva e inflacionista y son consistentes con las recomendaciones que la OCDE ha venido haciendo los últimos dos años”, explicó ayer su secretario general, Ángel Gurría, en rueda de prensa.
La organización lleva tiempo insistiendo sobre la necesidad de un aumento de gasto público, bajo el argumento que nunca ha sido tan barato financiarse gracias a los tipos de interés muy bajos. Y el programa del presidente electo Donald Trump efectivamente planea un ambicioso desarrollo de inversiones en infraestructuras. En concreto, prevé el fomento de un partenariado público y privado por un valor de 100.000 millones de dólares al año durante una década. La OCDE cuantificó ayer este
efecto Trump: elevó al alza la previsión de crecimiento para EE.UU., que en el 2016 se expandirá a un ritmo del 1,5%, una décima más de lo previsto en septiembre, mientras que en el 2017 crecerá un 2,3%, dos décimas más de lo anticipado anteriormente, y un año después llegará al 3%, lo que sería la tasa más alta desde el año 2005.
Y esto no es todo, porque este giro de la política económica estadounidense tendrá un impacto positivo no sólo en el país, sino en el resto del mundo. La OCDE estimó que la economía mundial se acelerará desde el 2,9% de este año al 3,3% en el 2017 y que alcanzará el 3,6% en el 2018. EE.UU. tendría mucho que ver en este último empujón, porque aportaría hasta el 0,4% de este crecimiento.
La OCDE, que en anteriores ocasiones nunca había defendido expresamente una bajada de impuestos, ayerafirmó queelrégimenfiscal de EE.UU., muy elevado para las empresas, “tiene que cambiar porque provoca distorsiones”, aludiendo al hecho de que hasta ahora resultaba más interesante para las multinacionales mantener el dinero aparcado fuera del país o realizar operaciones de compra y fusiones en lugar de repatriarlo.
Este organismo dio así el beneplácito a la Trumpeconomics, mientras que la semana pasada la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, advirtió que había que vigilar el endeudamiento. “No hay mucho margen de espacio fiscal en el caso que se hubiera de reaccionar a un shock de la economía”, dijo al comentar el plan de gasto público de Trump.
Sin embargo, esta organización no cree que haya riesgos excesivos de crear un agujero en las cuentas estadounidenses. Según sus cálculos, un aumento de inversiones equivalentes al 0,5% del PIB de EE.UU. podría financiarse sin problemas con déficits provisionales durante cuatro años (lo que dura un mandato presidencial) gracias a que se vería compensado por un mayor crecimiento económico.
Curiosamente, la OCDE pasó de puntillas sobre algunos aspectos de la política económica de Trump, como por ejemplo el proteccionismo comercial (que prevé, entre otras medidas, la renegociación o salida del tratado Nafta y la retirada del TTP, el acuerdo Transpacífico).
Catherine L. Mann, economista jefe de la OCDE, también se refirió al caso de España. “Las reformas llevadas a cabo están dando sus frutos”, reconoció, al mismo tiempo que recordó que quedan asignaturas pendientes como el estancamiento de la productividad (próxima a cero) y los niveles altos de desempleo. “Se precisa crear un entorno más competitivo”, agregó.
La perspectiva de crecimiento de la economía española para el 2016 ha sido revisada hasta el 3,2% desde el 2,8% (en línea con el Gobierno) previsto en julio, mientras que se mantiene estable el pronóstico del 2,3% para el 2017. De cara al 2018 la organización espera una expansión del PIB del 2,2%.
El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, calificó de buena noticia que España haya logrado formar Gobierno sin acudir por tercera vez a las urnas, aunque señaló que “los gobiernos minoritarios tienen más trabajo para aprobar reformas”.
Por cierto, el informe señala que dentro de los países de la zona euro España es el que más recortó el peso de las inversiones públicas en su PIB desde la crisis del 2009. Pero no hubo comentarios al respeto.