Dos condenas a la sanidad catalana por mala atención
El ICS trató de hemorroides un tumor durante ocho meses
“Estás en las mejores manos, le decía a mi madre una y otra vez. Ella fue al médico de cabecera, cada dos por tres, al especialista del CAP, dos veces a urgencias, nada menos que de Vall d’Hebron. Siempre por un dolor insoportable en el ano. ¿Cómo podíamos pensar que si no hacían la colonoscopia que pidió en julio su médico de cabecera, y para la que le citaron ¡en abril del año siguiente!, no era por dejadez, sino porque tenían claro que eran hemorroides y no podían esperarse un tumor? Cuando al final fue por tercera vez a urgencias de Vall d’Hebron en colapso, le hicieron una tomografía de abdomen y me comunicaron que había un tumor de colon en fase 4, que se había diseminado, que ya no se podía hacer nada”.
Murió al mes, sin hacerse la colonoscopia. El hijo de esta mujer de 81 años presentó una demanda contra la aseguradora del Institut Català de la Salut a través de la asociación El Defensor del Paciente y la Audiencia Provincial de Barcelona le ha dado la razón. Cree “carente de toda justificación la programación a nueve meses vista de una colonoscopia”, así como “la decisión de mantener la fecha programada pese a los continuos requerimientos de asistencia de la paciente que motivaron reiteradas visitas” al CAP, en el domicilio y en las urgencias de Vall d’Hebron. Los tres magistrados que firman la sentencia creen que no se agotaron los medios diagnósticos y califican la atención prestada a la paciente durante ocho meses de “rutinaria y descuidada”.
En la historia clínica de la fallecida hay anotaciones como “acude por el dolor de siempre” o en el caso de una consulta a un reumatólogo, porque el dolor anal le dificultaba ya caminar, “dice que no puede más y llora”. En cada ocasión recibió la misma respuesta, “como si el sufrimiento que tenía fuera algo lógico y normal a su edad, aunque no remitiera con la medicación que le daban. Y nunca una prueba exploratoria”, explica la abogada Montserrat Téllez. El ICS, por su parte, aclara que ellos no han sido demandados y por lo tanto no han podido defenderse, porque la familia optó por una vía civil contra la aseguradora del ICS. “Mi madre murió en mayo del 2012 y esta era la manera más rápida para que se reconociera lo que le pasó. Y para que todos los que intervinieron se lo piensen y no vuelva a ocurrir”, aclara el hijo. Le indemnizarán con 12.000 euros.
Al paciente que denunció al General de Catalunya le podrían indemnizar en cambio con un millón de euros, según la sentencia del número 7 de primera instancia de Barcelona. El demandante “está en silla de ruedas e imposibilitado para ejercer su profesión de dentista”, explica su abogado, Alfonso Iglesias. Entró en urgencias antes de las 8 de la mañana por un problema en la marcha, que luego se supo que se debía a una espondiloartrosis que le comprimía la médula. Pero la actuación de los diferentes profesionales que se ocuparon de su caso demoró la prueba exploratoria que identificaría el problema, lo que no ocurrió hasta las 10 de la mañana del día siguiente. A pesar de las continuas demandas del paciente y su familia porque el agarrotamiento y la parálisis cada vez eran mayores.
Cuando al final se tuvo el diagnóstico, ya no movía las piernas. La operación para descomprimir la médula no se realizó hasta las 19.50. “Sencillamente, a la vista de la cronología, puede afirmarse con expresión en román paladino básico, pero así más entendible, que al paciente ‘se le dejó tirado’, incluso de una manera que roza los límites de un mínimo trato humanitario”. Pasó un año de rehabilitación en Guttman y ha perdido la movilidad de las piernas y parte de los brazos por una lesión que se podría haber evitado.
Un paciente queda paralítico al tardar 48 horas en detectar una médula comprimida en el General de Catalunya