La industria de la música en directo exhibe músculo en los premios Arc
Los mánagers Joan Molas y Núria Batalla, premios a la trayectoria profesional
La fiesta de la música en directo coincidió anoche con una efemérides notable como son los cuarenta años de vida de la entidad organizadora, Arc. Una duplicidad excelente para celebrar el buen estado de salud de la música en directo en Catalunya y, sobre todo, el tejido cultural, social y económico que genera en torno suyo.
Los cuatro decenios de vida de la Associació de Representants, Promotors i Mànagers de Catalunya convocaron ayer en la barcelonesa sala Barts a numerosos miembros del sector profesional (músicos, managers, promotores, periodistas, programadores públicos y privados) así como de los estamentos oficiales, comenzando por el conseller de Cultura, Santi Vila, y acabando por algunos artistas ahora también metidos en tareas políticas como Lluís Llach o Juanjo Puigcorbé. En este mismo orden de cosas, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, tenía precisamente previsto recibir esta mañana al presidente de Arc, Jordi Gratacós, y a los galardonados en esta 14ª edición de los premios, en un visible gesto de apoyo a la tarea que está realizando la entidad en pos, no solo de la música en directo, sino de la música como columna vertebral de la escena cultural catalana.
El guion de la velada se desarrolló según lo previsto, y a partir de las ocho de la tarde comenzaron a desvelarse los nombres de los ganadores de las catorce categorías anunciadas: Lo Submarino, de Reus, sala Barts, Beatles for Kids, fiesta mayor de Terrassa, Emili Llobet, L’Atlàntida, de Vic, BarnaSants, Love of Lesbian, Animal (al grupo y/o artista revelación, patrocinado por La Vanguardia), Oques Grasses, Cimarrón, La Banda del Coche Rojo, el programa Àrtic de BTV, Joan Molas y Núria Batalla, Sopa de Cabra, Els Catarres y Manel. Entre ellos, hubo vídeos, monólogos, discursos y las actuaciones de Manel, Els Catarres, Animal, Love of Lesbian y Sopa de Cabra. Uno de los momentos cumbre de una ceremonia/espectáculo que duró dos horas y que estuvo conducida por el humorista Peyu, fue la entrega del premio a la trayectoria profesional a Joan Molas y Núria Batalla, mánagers referenciales y pioneros de la nova cançó. El galardón les fue entregado por Lluís Llach, del que fueron representantes artísticos durante muchos años.
Unas horas antes del acto Núria Batalla recordaba a este diario aquellos tiempos. “Éramos muy jóvenes y sentíamos que vivíamos en medio de una explosión juvenil, en Estados Unidos, el mayo del 68... Punto número dos: Joan y yo ya trabajábamos en el mundo de la música, en el sello Concèntric, pero lo veíamos estrecho. Quiero decir, que veíamos que no era suficiente para los artistas sacar discos, y entendimos en seguida que había que actuar en directo como medio para hacer llegar su música a la gente y también para vivir. Y nos pusimos en eso y en ayudar a crear las infraestructuras que no existían”. Arrancaron con Rafael Subirachs, Maria del Mar Bonet y Lluís Llach. Y a partir de allí se fueron apuntando otros artistas con ese objetivo prioritario de actuar en unas infraestructuras que no existían o que estaban obsoletas. Y acabaron representando a músicos más allá de la canción, como la Companyia Elèctrica Dharma.
Una entrega que no les permitió darse cuenta de un indiscutible protagonismo. “No, no, en absoluto. Lo primero que sentíamos era una pasión por la música y que disfrutábamos con lo que hacíamos, pero luego había otra cosa fundamental y es que estamos hablando de unos artistas que tenían un talento extraordinario. Si no hubiese habido talento, poco trabajo hubiésemos podido hacer Joan y yo misma. Y, eso también, lo que tuvimos claro desde el primer día es que el protagonismo siempre era de ellos y nunca nuestro”.
Y todo ello, con las dificultades de hacerlo en pleno franquismo. “Había algo de compromiso político, por supuesto. Éramos consciente de que aquello era una lucha por la lengua. Y en ese sentido estaba claro deque hacíamos un trabajo por el país. y todos nuestros músicos no solo eran conscientes de eso sino que les motivó mucho”.
La sala Barts, el festival BarnaSants, Sopa de Cabra, Love of Lesbian y Manel, entre los galardonados