El clásico de Iniesta
Barça sólo hay uno, pero entre el tono heroico de Piqué y el genial de Messi se necesita la batuta de Andrés
El Barça de Piqué, que es el que ha aparecido últimamente, es heroico, corajudo, comprometido y noblote. El de Messi es genial, espectacular, talentoso y glorioso. Entre los dos está el Barça de Iniesta, organizado, de combinación, pausado, elegante y en la última etapa presionante. Después de los dos últimos empates en la Liga, los blaugrana van a necesitar juntar a los tres para salir a flote de un campeonato que se ha puesto muy difícil, pero que seguirá muy vivo si los hombres de Luis Enrique son capaces de derrotar, por primera vez en esta Liga, a los jugadores de Zidane.
Piqué ha sido el mejor futbolista del FC Barcelona en los dos últimos partidos del campeonato. Bien. Pero el Barça necesita más estar a los pies de Messi que del magnífico central catalán. Leo se conecta solo, pero necesita estar arropado, sentirse acompañado. El fútbol es un estado de ánimo y si Messi es feliz las sensaciones en el Barça acostumbran a ser muy positivas. Si se preguntara a Leo qué jugador blaugrana querría que jugara siempre con él, respondería seguramente que Iniesta. La recuperación de Andrés para el clásico sería la mejor noticia que le puede suceder a un Barça necesitado de mejorar sus dosis de confianza.
En Anoeta se sucedieron las acciones negativas, pero las causas de un mal empate podrían reducirse a tres: 1) Excelente presión al hombre de los jugadores de Eusebio. 2) Centro del campo sin control ni presión y falta de ayuda de los puntas y los laterales. 3) Poca aparición de Messi. La alineación de Iniesta puede mejorar las tres cuestiones que el Barça padeció ante la Real Sociedad. Su papel en el medio campo, la recuperación de la batuta, del tempo del partido, la conexión con Messi y la cohesión del mediocampo necesitan de un hombre de sus características. El Barça puede ganar sin él. Lo hizo bien en Sevilla o ante el Celtic en Glasgow, pero hay momentos en que el equipo debe recuperar sus raíces, porque el tridente es tan desequilibrante que a veces se hace demasiado dependiente.
Los tres de arriba son impresionantes y el Barça es sólo uno, con el mejor jugador del mundo, pero debe tener varios tonos. En defensa es bueno el de Piqué y delante el de Messi, en el mediocampo falta el de Iniesta para que todo se equilibre mejor. Cuando los resultados no llegan siempre se añora al que no está. Eso sí que es un clásico, aunque a veces también resulte ser una verdad. Como es el caso. Con Iniesta se puede recuperar la identidad un poco perdida en un mal día, un mal partido, un mal resultado en un campo maldito ante un rival excelente. Pero ante el Real todo debe ser distinto.