La Vanguardia (1ª edición)

El tercer alemán

Alemania, una potencia de la F-1, celebra el triunfo de Rosberg con serena alegría

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

Alemania celebró la victoria mundial del alemán Nico Rosberg en la F-1 con la alegría debida, pero con la serenidad de un país algo acostumbra­do a triunfar en esa disciplina. El logro de Rosberg es un sumando más en la cadena de victorias amasadas en los últimos tiempos. De 2000 a 2016, esto es, en 17 campeonato­s, diez campeones del mundo han sido alemanes: Michael Schumacher cinco veces, Sebastian Vettel cuatro, y ahora Rosberg. (Antes de ese periodo de tiempo, Schumacher lo fue en dos ocasiones más).

La prensa destaca esas circunstan­cias, al tiempo que alaba la templanza del vencedor en la carrera en Abu Dabi frente a la conducta ralentizad­ora de su compañero de escudería en Mercedes –y por trayectori­a vital, presunto amigo–, Lewis Hamilton. “Rosberg controló sus nervios y se aseguró el título mundial con una actuación impecable”, escribía Der Spiegel en su edición digital, y recordaba que es el tercer alemán en coronarse rey de la F-1. “Antes que el piloto de 31 años, ganaron el título Michael Schumacher (siete veces) y Sebastian Vettel (cuatro veces), y desde el año 2000 han sido para Alemania diez títulos mundiales; el último lo levantó Vettel en 2013”, celebraba Die Zeit.

También muchos destacan que “finalmente lo ha conseguido”, evocando los años que Rosberg llevaba peleando en los circuitos desde que entró en la fórmula 1 en 2006, primero con Williams, y desde 2010 con Mercedes. Entre los compatriot­as que le felicitaro­n vía Twitter estaban el futbolista Lukas Podolski, el extenista Boris Becker y la exesquiado­ra Maria Höfl-Riesch. De él se recuerda también que es hijo de campeón: su padre, el finlandés Keke Rosberg, lo fue en 1982.

En su página oficial, Nico Erik Rosberg (Wiesbaden, 1985) se describe así: “Crecí en Mónaco, porque allí vivían mis padres, Sina y Keke. Por amor a mi madre alemana, y porque crecí sobre todo en la cultura alemana, elegí conducir bajo bandera alemana y no finlandesa (lamentable­mente tampoco hablo finlandés)”. El piloto, casado con la empresaria alemana Vivian Sibold, con quien tiene una hija de 14 meses

VICTORIAS DE 2000 A 2016 En estos 17 campeonato­s, diez veces han vencido alemanes: Schumacher, Vettel y ahora Rosberg

de nombre vasco, Alaïa (así lo escriben, con diéresis), habla cinco idiomas, entre ellos el español.

Rosberg creció en Mónaco en la abundancia, mientras que Schumacher, el primer campeón alemán –ser el primero toca mucho más la fibra emocional de un país–, procedía del mismo ambiente humilde y trabajador que el grueso de sus seguidores. Vettel lleva una discreta vida privada en Suiza, lejos de los focos germanos a excepción de cuando compite. En estos tiempos cuesta más ganarse los corazones, incluso a los ases de las ruedas.

Alemania, una potencia del motor –Mercedes lleva tres años ganando el campeonato de constructo­res–, felicita al nuevo laureado Rosberg, pero todo indica que el piloto no correrá en suelo alemán la próxima temporada. El Gran Premio de Alemania, que no se disputó en 2015, tiene visos de volver a fallar en 2017 por motivos financiero­s, informa Reuters. El próximo julio le tocaba el turno al circuito Nürburgrin­g, según la lista provisiona­l de las 21 carreras previstas para 2017, pero Bernie Ecclestone ha dado a entender que eso no será así.

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MARK THOMPSON / GETTY Nico Rosberg celebrando con sus amigos el título mundial, el pasado domingo

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