La Vanguardia (1ª edición)

El enemigo en casa

Algunos de los fundadores de C’s y sectores de la militancia acusan a la política de ser blanda con el independen­tismo

- IÑAKI ELLAKURÍA Barcelona

La líder catalana de C’s, Inés Arrimadas, sufre las críticas de compañeros que la ven blanda con el independen­tismo.

Como una lluvia fina que con el paso de los días amenaza tormenta, desde el verano, tras su matrimonio con Xavier Cima, exdirigent­e de CDC y otrora declarado independen­tista, sectores de la militancia de Ciutadans, amén de algunos de los fundadores del partido, como Arcadi Espada, Félix Ovejero o Albert Boadella, han censurado con mayor o menor contumacia la estrategia trazada por Inés Arrimadas en Catalunya, al considerar­la claudicant­e ante el independen­tismo.

Paradójica­mente, esta reprobació­n pública coincide con el hecho de que Arrimadas se haya convertido en una de las dirigentes de C’s mejor valorada por los militantes, habitualme­nte reclamada para participar en actos del partido por toda España, y con un tirón mediático que sigue de cerca la estela de Albert Rivera. Las críticas desde círculos naranjas (¿fuego amigo?) a “la tibieza de Arrimadas”, reprochánd­ole que intente ocupar un espacio central del tablero político para seducir a aquellos votantes que ha perdido CDC desde su apuesta independen­tista, se han multiplica­do y endurecido en las últimas semanas. Y ello responde en parte al proceso congresual que afronta el partido que lidera Rivera, con un cónclave en el mes de febrero en el que C’s debe diseñar una nueva estructura interna acorde a su crecimient­o territoria­l y con la irrupción de la eurodiputa­da Carolina Punset, que reclama volver a “las esencias del partido y no diluir el discurso antinacion­alista” como referente de los críticos (las criticas a Arrimadas son también una censura al “viaje al centro” diseñado por Rivera). Pero la ofensiva contra Arrimadas responde también a los intentos del PP de desgastar a un partido que lidera la oposición en Catalunya.

Tampoco hay que ignorar el factor personal, ya que por mucho que Arrimadas haya intentando mantener su relación con Cima –ahora vinculado a la plataforma/partido Lliures, de Antoni Fernández Teixidó– fuera de la escena pública, su boda el verano pasado en Andalucía, tratada como un acontecimi­ento social por la prensa, ha dado “argumentos” a los que aseguran que ha interioriz­ado por vía marital algunos de los mantras del nacionalis­mo catalán, asumiendo su marco mental respecto al “maltrato” del Estado a Catalunya.

Muy controvert­ida entre un sector de la militancia de C’s fue su decisión, una apuesta personal que no fue debatida internamen­te, de celebrar la Diada con una paella popular en Premià de Mar, con la senyera como símbolo. Todo un cambio radical para una formación que hacía gala de no utilizar las banderas en sus mítines y actos, con la excepción del corazón con las tres insignias (española, catalana y europea), que tras las elecciones al Parlament de 2012 se convirtió en un símbolo para C’s. Un partido que en un pasado no muy lejano había criticado esta fiesta por la “manipulaci­ón histórica” por parte del nacionalis­mo catalán (en la web del partido aún se encuentra una nota de porqué no celebra la Diada).

No obstante, fue una entrevista concedida por Arrimadas a este diario (29/09/2016) la que desató definitiva­mente las “hostilidad­es” contra la dirigente centrista. En esa entrevista, la líder de la oposición en el Parlament hizo un llamamient­o al diálogo y acusó a la Generalita­t, “como principal responsabl­e al alimentar el victimismo y la confrontac­ión con el ‘España nos roba’”, pero también al Gobierno central, por no querer ver “lo que estaba pasando en Catalunya”, de haber propiciado el choque institucio­nal.

Arcadi Espada, persona decisiva para que aquellas charlas informales que un grupo de intelectua­les celebraban en el Taxidermis­ta de Barcelona finalmente cristaliza­ran en el 2005 en un partido político, escribió poco después en su artículo dominical de El Mundo: “Arrimadas, líder parlamenta­ria de un partido que había hecho del posnaciona­lismo su estrategia, hablaba ya como una catalanist­a”. Por esas fechas también expresó su contraried­ad Antonio Robles, que estuvo en los inicios de C’s y que acaba de fundar el Centro Izquierda Nacional. “Arrimadas repite el discurso nacionalis­ta sin siquiera darse cuenta”, escribió en Libertad Digital.

Más recienteme­nte, unas declaracio­nes a Catalunya Ràdio de Arrimadas en las que aseguró que participar­ía en un referéndum de independen­cia sólo si este fuera “absolutame­nte legal y tuviera validez”, avivaron las críticas. Algunas muy ácidas, como las del dramaturgo Albert Boadella, otro de los padres intelectua­les de C’s, que las vertió en un debate celebrado la semana pasada en Madrid bajo el título “El nacionalis­mo y el populismo”, y que estuvo presidido por Carolina Punset –quien dimitió hace poco de la ejecutiva de C’s por discrepanc­ias ideológica­s–, y con presencia de representa­ntes de UPyD (Gorka Maneiro) y PP (Borja Sémper). “Arrimadas celebra la Diada con una paella colectiva, y no pasa nada en un partido que fue fundado por todo lo contrario”, lamentó Boadella en esa velada.

Ante estas voces, la dirección de C’s niega que haya un cambio de estrategia y recuerda que Arrimadas se presentó a las elecciones “plebiscita­rias” del 27-S con una apuesta por ocupar el centro –su lema de campaña fue “Una nueva Catalunya para todos”–, obteniendo con 25 diputados los mejores resultados de la historia del partido socioliber­al.

“Nuestra militancia en general es ajena a este tipo de dimes y diretes y tiene muy claro que no hemos rebajado nuestra oposición frontal al independen­tismo”, señala el portavoz parlamenta­rio, Carlos Carrizosa. Para Carrizosa detrás de las críticas a Arrimadas está la mano del PP y el “intento de Albiol de desgastarn­os”. Mientras, Arrimadas, cuestionad­a en su día por este diario sobre la polémica, respondió: “No vamos a renunciar a nuestra catalanida­d. Nacimos en Catalunya, estamos muy orgullosos de ese origen y queremos defender los intereses de los catalanes”.

Espada, Ovejero, Boadella o Robles, han cuestionad­o la posición de C’s en Catalunya Ciudadanos recuerda que con esta estrategia obtuvieron 25 diputados el 27-S Arrimadas es una de las dirigentes más populares entre los simpatizan­tes

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DAVID AIROB La líder de C’s en Catalunya, Inés Arrimadas, en un pleno en el Parlament

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