La mirada fascista
El Museu d’Història de Catalunya conmemora los 80 años de la Guerra Civil con una exposición
El Museu d’Història expone una muestra del tratamiento que se le dio a la Guerra Civil española en la Italia fascista, un recorrido a través de la prensa de la época y de las imágenes tomadas por los miles de soldados que acudieron a España para combatir junto a las tropas franquistas.
Italia fue el primer país extranjero que se implicó en la guerra civil española a pesar del pacto de no intervención firmado para evitar una internacionalización del conflicto. Y aunque se ha hablado más de la ayuda de Hitler a Franco, lo cierto es que Mussolini se avanzó incluso al dirigente alemán en su apoyo logístico y humano a los sublevados, de tal modo que la aportación de 80.000 efectivos italianos resultó vital para los sublevados.
Una exposición en el Museu d’Història de Catalunya, organizada con motivo del 80.º aniversario de la Guerra Civil, permite ahora valorar la verdadera importancia de esta ayuda.
La exposición Fu la Spagna! La mirada feixista sobre la Guerra Civil Espanyola es un relato de la propaganda fascista italiana sobre su presencia en España y documenta el día a día de estos voluntarios a través de las fotografías que se hicieron. La comisarias Andrea Di Michele y Daniela Aronica han identificado unas 20.000 imágenes de la presencia italiana en España en el periodo 1936-1939 y han seleccionado 300 para esta muestra (abierta hasta el 19 de febrero y que luego viajará por otras ciudades). Las fotos se han dividido en tres tipologías: las aparecidas en la prensa italiana, las realizadas por los legionarios y las conservadas en las instituciones, muchas de ellas con una finalidad militar. Tienen procedencias diversas que no sólo explican las distintas fases de la guerra, sino la representación fascista y el tratamiento dado por los medios de comunicación italianos. Hay reportajes fotográficos de personal del Istituto Luce, pero también las ilustraciones de las dos principales revistas: La Domenica del Corriere y La Tribuna Illustrata, que revelan el grado de manipulación sobre la marcha de la guerra y la exaltación de las gestas de los combatientes.
Antes de 1936, Italia apoyó ya a los conspiradores monárquicos, incluso con financiación directa y, como ha demostrado Ángel Viñas, el 1 de julio de 1936 un representante del partido Renovación Española, dirigido por José Calvo Sotelo, firmó un acuerdo secreto en Roma para asegurarse doce bombarderos Savoia-Marchetti S.M.81. Llegaron el 30 de julio a Marruecos para apoyar la insurrección, y aunque varios de ellos sufrieron averías técnicas, fueron un apoyo necesario para facilitar el paso de las tropas por el Es- trecho y fortalecer el golpe de Estado junto a los Junkers JU-52 que envió Alemania. En agosto de 1936 Mussolini dio órdenes para ocupar Mallorca y hasta la isla se trasladó un personaje siniestro y mitómano llamado Arconovaldo Bonacursi, más conocido como conde Rossi. Con el apoyo del jefe local de la Falange, marqués de Zayas, se puso al frente de los llamados Dragones de la Muerte, un cuerpo de jóvenes voluntarios.
Italia se avanzó a Alemania en la aportación de armas y hombres. Aquel mismo invierno de 1936-37 Mussolini envió un ejército expedicionario de 45.000 hombres, oficialmente formado por voluntarios. Aunque había defensores convencidos del fascismo, otros simplemente se alistaron por un sueldo y había también soldados que desconocían su destino. Los militares salían de Italia utilizando pseudónimos, con documentación falsa y vestidos de paisano. Hubo también italianos en las Brigadas Internacionales, en defensa de la República, pero en número mucho menor.
La derrota del Corpo di Truppe Volontarie (CTV) en Guadalajara fue un duro golpe a la estrategia italiana de una guerra celere y eso provocó que a partir de entonces estas tropas pasaran a depender de los mandos españoles. Aun así, su intervención resultó clave en la toma de Santander y más tarde en la batalla de Teruel, la del Ebro y la ofensiva final en Catalunya.
Muy relevante fue también la participación de la aviación italiana. En febrero de 1937 Italia había enviado 248 aparatos, frente a los 224 alemanes y los 250 soviéticos. En cuanto a número de tanques, Italia envió 162 y Alemania 62, frente a los 166 procedentes de la Unión Soviética. Según Morten Heiberg, historiador danés, sólo durante el primer semestre de 1938 unos 3.860 aparatos italianos efectuaron 800 bombardeos y lanzaron unas 16.558 bombas causando un elevado número de muertos. Tras el bombardeo de Barcelona del 18 de marzo de 1938, el Duce afirmó que estaba “encantado de comprobar que los italianos estaban aterrorizando al mundo con su agresividad en lugar de seducirlo con su habilidad para tocar la mandolina”.
El ‘Duce’ dio la orden de ocupar Mallorca y envió a la isla al conde Rossi al frente de los Dragones de la Muerte