Preparando el rescate
Italia ha reservado 20.000 millones de euros ante la perspectiva de tener que rescatar el sistema bancario, especialmente el Monte dei Paschi.
Italia destinará hasta 20.000 millones de euros de fondos públicos para rescatar eventualmente a sus bancos en dificultades, en primer lugar el Monte dei Paschi di Siena (MPS), el más antiguo del mundo. Esta importante suma engrosará la deuda del 2017 y no se contabilizará en el déficit, según anunciaron en una breve rueda de prensa en la noche del lunes el nuevo primer ministro, Paolo Gentiloni, junto al titular de Economía y Finanzas, Pier Carlo Padoan. Se trata de la primera gran decisión del flamante premier tras ser confirmado por el Parlamento y uno de los motivos por los que, tras la dimisión de Matteo Renzi, se optó por formar un nuevo gabinete y no abocar al país, de inmediato, a elecciones anticipadas.
Gentiloni calificó el decreto gubernamental como “operación salvaahorro”. Según él, se trata de una “medida cautelar” para proteger a los ahorradores e inversores. Gentiloni hizo hincapié en que era “nuestro deber” actuar en esa dirección y llamó a “la responsabilidad compartida” del Parlamento, que debe votar hoy mismo el decreto. Los 20.000 millones de euros se usarán para dos cometidos: primero garantizar la liquidez y el funcionamiento sin sobresaltos de los bancos y, en segundo lugar, acometer el “refuerzo patrimonial”; es decir, la recapitalización, allí donde sea necesario, con la suscripción por el Estado de nuevas acciones.
Padoan no quiso especificar qué bancos podrían beneficiarse, pero estaba en la mente de todos el caso evidente del banco de Siena, así como de Veneto Banca, la Banca Popolare de Vicenza y la Banca Carige. El ministro de Economía no concretó qué tipo de sacrificio tendrán que hacer los inversores ni qué quitas se aplicarán.
El anuncio del Gobierno italiano se hizo inevitable al quedar patentes las dificultades de MPS para salir adelante con la mera ayuda del mercado con la recapitalización por valor de 5.000 millones de euros. De hecho, esas operaciones siguen en marcha, aunque el tiempo se acaba y la perspectiva no es nada halagüeña. El Estado está abocado a cubrir el agujero de MPS y evitar un peligroso efecto dominó.