El AMB prepara el nuevo plan metropolitano de residuos
Las medidas del PMGRM van encaminadas a superar el estancamiento de la recogida selectiva, que se mantiene desde hace años en un 30%, muy por debajo del objetivo que marca Europa para 2020
Cada vecino del área metropolitana generó, en 2015, 434,35 kg de residuos domésticos. En 2016 las cifras muestran un incremento en la generación de residuos por cada habitante. El problema, además de la producción de residuos, es que, desde hace años, la recogida selectiva se mantiene estancada en torno a un 30%, muy lejos del 60% que proponen las directivas europeas y el Plan de Residuos de Catalunya para el año 2020. Ante este panorama, el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) y los 36 municipios que forman parte de la conurbación están preparando el nuevo Plan Metropolitano de Gestión de Residuos Municipales (PMGRM), que sustituirá el plan actual, que finaliza este año, y que establecerá las líneas del futuro modelo de gestión de residuos hasta 2025.
Con la vista puesta en la redacción del nuevo PMGRM, el AMB organizó, entre los meses de mayo y junio, varias reuniones de expertos en residuos, técnicos del AMB, de la Agencia de Residuos de Catalunya, la Diputación de Barcelona, los ayuntamientos metropolitanos y consultores externos. El análisis y el trabajo de todos los agentes implicados han terminado en la firma de una declaración conjunta para establecer las futuras políticas de recogida de residuos que aprobó ayer por unanimidad el Consejo Metropolitano.
Eloi Badia, vicepresidente de Medio Ambiente del AMB, asegura que ante la situación de estancamiento de la recogida selectiva “tenemos que replantearnos el modelo para romper la barrera y alcanzar el 50 y 60%. Por eso tenemos la vista puesta en ciudades como Milán y Múnich, que han conseguido superar el 50% de recogida, o Parma, que está por encima del 70%. San Francisco y Nueva York tienen políticas de residuos cero”. en los vertederos y las incineradoras.
Las pérdidas por no estar alcanzando los niveles de recogida selectiva rondan los 40 millones de euros anuales, según Mitjans, quien atribuye la pérdida de ingresos a “lo que estamos pagando de más por no separar los residuos y tener que tratarlos como resto y lo que dejamos de ingresar por no recoger selectivamente”.
Francesc Giró, subdirector de la Agencia de Residuos de Catalunya, también defiende la necesidad de implantar un cambio de paradigma
Ciudades como Milán y Múnich han conseguido superar el 50% de recogida, y Parma está por encima del 70%. San Francisco y Nueva York están con políticas de residuos cero
que ayude a aumentar la tasa de recogida selectiva, y apunta a que la Generalitat tiene la intención de redactar una nueva Ley de Residuos, en 2017, que sirva de instrumento a los municipios y que previsiblemente planteará la individualización del servicio a través de la recogida puerta a puerta o el despliegue de sistemas de contenedores cerrados con apertura a través del reconocimiento de un código personal.
Además, explica Giró, en primavera se aprobará también el nuevo Programa General de Prevención y Gestión de Residuos de Catalunya (PRECAT), que será “la hoja de ruta que habrá que seguir para alcanzar el 50 y el 60% de recogida selectiva en línea de lo que marca Europa”.