La Vanguardia (1ª edición)

El primer líder japonés que pisa Pearl Harbor.

Abe, primer líder de Japón que visita el memorial de la II Guerra Mundial

- PEARL HARBOR

Shinzo Abe, primer ministro de Japón, llegó ayer a Honolulu para visitar, junto a Barack Obama, el memorial que recuerda a las víctimas del ataque a Pearl Harbor, hace 75 años.

Han pasado 75 años del ataque japonés que precipitó la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, pero Shinzo Abe no pidió ayer perdón en Pearl Harbor, como tampoco lo hizo en mayo Barack Obama en Hiroshima. Pero, incluso sin disculpas, ambas visitas, cargadas de simbolismo, buscan restañar las viejas heridas entre dos enemigos bélicos hoy convertido­s en aliados y escenifica­r la reconcilia­ción tan arduamente conquistad­a.

El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, un nacionalis­ta cuyo abuelo fue ministro del gobierno que atacó Pearl Harbor, se convirtió en el primer mandatario de su país que visita el memorial del devastador ataque a la base naval de EE.UU. en Hawái del 7 de diciembre de 1941, en el que murieron más de 2.400 estadounid­enses.

Abe y Obama –que pasa las vacaciones de Navidad en Hawái, la isla donde creció– depositaro­n una corona de flores en el memorial del USS Arizona, una enorme estructura blanca sólo accesible por barco, suspendida sobre los restos del acorazado cargado de pólvora que estalló a raíz de la ofensiva aérea japonesa y provocó la mitad de las víctimas. Después, en la cercana base naval de Pearl Harbor-Hickam, ambos pronunciar­on un discurso ante varios supervivie­ntes. “No debemos repetir nunca los horrores de la guerra”, dijo Abe.

“La visita de Abe debe verse como un esfuerzo valiente para curar las heridas del pasado que constantem­ente proyectan una sombra sobre lo que debería ser una relación mucho más profunda”, señaló Harry Kazianis, director de estudios de defensa en el Centro para el Interés Nacional.

La visita, en todo caso, cierra un círculo para Barack Obama, que el próximo 20 de enero dejará la Casa Blanca. El primer líder extranjero al que recibió tras llegar al poder fue el primer ministro de Japón –el antecesor de Abe– y será también el último mandatario al que reciba.

Obama –que en el 2009 obtuvo el premio Nobel de la Paz– es también el primer presidente de EE.UU. en ejercicio que fue a Hiroshima, y Abe ha querido correspond­er, medio año después, con esta visita a Pearl Harbor.

Ambos líderes nacieron después de la Segunda Guerra Mundial. Abe es de 1954, 13 años después de Pearl Harbor, y Obama de 1961, 16 años después de Hiroshima.

Sin embargo, la historia sigue cargada. Japón siempre ha insistido –la última vez, hace sólo unas semanas– en que intentó advertir a Washington de que iba a declararle la guerra, pero que no pudo debido a “errores burocrátic­os”. Mientras, EE.UU. sostiene que las bombas de Hiroshima y Nagasaki salvaron vidas porque la rendición de Japón precipitó el fin de la contienda.

Por otra parte, la visita va más allá de la historia: pretende escenifica­r una alianza geoestraté­gica que se ha reforzado en los últimos años, especialme­nte en lo militar, ante la pujanza de China. Precisamen­te, Pekín ha reaccionad­o con frialdad, calificand­o de “ilusoria” la idea de que Japón pueda “liquidar la historia de la Segunda Guerra Mundial” con la visita a Pearl Harbor.

La próxima llegada de Donald Trump a la Casa Blanca arroja dudas sobre el derrotero de las relaciones bilaterale­s. Durante la campaña, el magnate ha repetido que Estados Unidos está harto de hacer de primo de Zumosol en el Pacífico y que Japón y Corea del Sur deberían aprender a defenderse solos. Otro tema que preocupa en Tokio es el futuro del acuerdo comercial Asociación Transpacíf­ica, impulsado por Obama y Abe, al que Trump y la mayoría republican­a en el Congreso se oponen.

Aunque hay signos de que, pese a la retórica, la alianza no se resentirá. Abe fue el primer mandatario extranjero a quien recibió Trump, en su torre de Manhattan, tras su triunfo electoral.

A pesar de que ningún primer ministro japonés había visitado de manera oficial el memorial del USS Arizona, sí que otros dirigentes habían ido a Pearl Harbor. El primer jefe de gobierno que lo hizo fue Shigeru Yoshida, quien realizó una discreta visita en 1951, seis años después de la rendición de Japón. De regreso a su país tras firmar el tratado de paz en San Francisco, Yoshida se reunió en Pearl Harbor con el comandante de la flota del Pacífico, el almirante Arthur Radford, cuya oficina tenía un ventanal con vistas a la bahía. “Casi podía ver los restos del Arizona”, recuerda Radford en sus memorias, en las que describe la incomodida­d inicial del encuentro, hasta que su perro se dirigió hacia el visitante japonés para ser acariciado y se rompió el hielo.

En la misma década, dos primeros ministros japoneses realizaron sendas visitas, igual de discretas, que ahora han salido a la luz. Uno de ellos fue Nobusuke Kishi, el abuelo de Abe.

SIN DISCULPAS Abe no pide perdón en Pearl Harbor; Obama tampoco lo hizo en Hiroshima en mayo PREOCUPACI­ÓN EN TOKIO Trump repite que Japón debe aprender a defenderse solo en el Pacífico

 ?? NICHOLAS KAMM / AFP ??
NICHOLAS KAMM / AFP
 ?? KENT NISHIMURA / AFP ?? Una imagen del barco que trasladó ayer a Barack Obama y Shinzo Abe al memorial del USS Arizona, en Pearl Harbor, Hawái
KENT NISHIMURA / AFP Una imagen del barco que trasladó ayer a Barack Obama y Shinzo Abe al memorial del USS Arizona, en Pearl Harbor, Hawái

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain