#PabloAsíNo
LA Navidad es tiempo de tregua. Incluso entre quienes no comulgan con las tradiciones religiosas cunden los buenos deseos o, al menos, el tener la fiesta en paz por unos días. Pero en estas fechas tan señaladas hemos descubierto que los bajos instintos políticos también pueden desatarse sin freno. Que los dirigentes de Podemos, llevados por sus impulsos cainitas, acaben despellejándose a tuits en plena Nochebuena no es muy instructivo, por más laicistas que se declaren los podemitas. Algunas cuestiones parecían superadas y hasta Manuela Carmena ya había prometido que los Reyes Magos de este 2017 tendrán el glamur de siempre en lugar de ir como fantoches disfrazados en rebajas como el año pasado.
Podemos se presentó como una fuerza regeneradora, volcada en el diálogo, que no es otra cosa que saber escuchar antes de tomar la palabra, pero se está destapando como un partido de viejos líderes autoritarios, capaces de cualquier cosa por mantener o conquistar el poder. Lo que sí cumplen a rajatabla del credo de la nueva política es la transparencia y procuran airear con profusión sus diferencias en las redes sociales. Hay que reconocerles habilidad en el manejo del hashtag contra el rival. El dedicado a Errejón es un ejemplo impagable de cómo convertirse en trending topic en un periquete: #IñigoAsíNo. Claro, conciso y viral. Aseguran que así es como se afrontan las discusiones en los partidos modernos, aunque más que a debate de ideas suena a odios enquistados. Nuestro deseo navideño es que ojalá que lo que se dicen en público sea lo máximo que se suelten en privado, que se limiten a los besos apasionados y que logren dirimir algunas de sus cuitas de aquí a febrero, cuando deberá celebrarse su congreso/asamblea. Y, como los inicios de año son propicios a los buenos propósitos, Pablo Iglesias podría poner de su parte y reducir su dosis de reposición de los capítulos de Juego de tronos, que dan muchas ideas...