Divinos ignorantes
Protestas de profesores por un manual que considera la disciplina como algo dictado por impíos y contraria a la religión
Los profesores de filosofía marroquíes han protestado porque en las clases de religión de su país se dice a los alumnos que la filosofía es una materia contraria al islam, una sandez que, en época de atentados integristas, espanta a la comunidad educativa.
Los manuales escolares de educación islámica siguen provocando una viva polémica en Marruecos que hace verter ríos de tinta en los medios de comunicación. Ahora le ha tocado el turno a los profesores de filosofía, quienes han llevado a cabo una serie de protestas en los tres últimos días lectivos del año para manifestar el rechazo de los educadores a un capítulo de un manual de educación islámica destinado a alumnos de bachillerato.
La lección titulada Filosofía y Fe del manual Al Manar presenta a la filosofía como una materia dictada por impíos que se enfrentan al islam. “El tenor de este texto nos coloca a los profesores de filosofía en el punto de mira del radicalismo en un momento en el que estas cuestiones son muy delicadas”, asegura Abdelkarim Safir, secretario nacional de la Asociación de Profesores de Filosofía Marroquí. “No se puede sembrar el odio y pretender promover la tolerancia al mismo tiempo”, insiste.
Safir asegura que con este ejemplo se demuestra que el Gobierno no ha sido especialmente fino a la hora de revisar los textos de educación religiosa, un análisis de 147 manuales de enseñanza, cuyo objetivo era que se concediera “una gran importancia a los valores de un islam tolerante que promueve el justo medio, la moderación, la tolerancia y la cohabitación entre las diferentes culturas y civilizaciones humanas”, tal como establecía la orden emitida por el rey Mohamed VI.
“La filosofía es una producción del pensamiento humano contraria al islam”, se insiste en el manual, un texto en el que se cita a Ibn Salah al Shahrazuri, un especialista iraquí que vivió a caballo entre los siglos XII y XIII, quien señala que “la filosofía es la esencia de la degeneración. Es una materia que produce confusión, perversión y blasfemia. El que se dedica a la filosofía rechaza la bondad de las
El texto en cuestión es de un autor que murió en el siglo XIII, pero Educación no ha dicho que vaya a retirarlo
grandes enseñanzas contenidas en la charia, que están corroboradas por las pruebas”.
El Ministerio de Educación, cuestionado por los profesores de filosofía, se limitó a publicar un comunicado en el que señalaba que “los documentos oficiales relativos a cómo se debe enseñar la filosofía insisten en el hecho de que el pensamiento filosófico refuerza el saber y hace evolucionar la mente, y que la filosofía razonable y la verdadera fe no son antónimas”.
Abdelkarim Safir celebra el contenido de la nota del Gobierno, que se mantiene en funciones pues Marruecos sigue sin poder conformar un ejecutivo tras las elecciones del pasado 7 de octubre, pero asegura que “no se dice ni una palabra sobre la retirada de este manual que contiene unas afirmaciones tan graves”. En el ministerio, “de momento no se ha tomado ninguna decisión en ese sentido. No podemos retirar un manual de la noche a la mañana. La comisión de revisión debe comprobar que existe realmente una mala praxis para poder hacerlo”, replica Rashid Belmojtar, ministro de Educación.
La decisión de palacio, anunciada el pasado 7 de febrero durante una visita de Mohamed VI a El Aaiún, ha suscitado la ira de los sectores más conservadores, que se oponen duramente a los nuevos criterios establecidos en la enseñanza religiosa. Fuad Shafiqi, director de programas escolares del Ministerio de Educación, reconoce que los antiguos manuales de educación islámica “presentaban disfunciones, tanto en el fondo como en la forma, que daban origen a situaciones difíciles. Ciertos profesores no dudaban en separar a los niños de las niñas en sus cursos, o a presionar a las niñas para que llevaran el velo”.
“Con la reforma se ha pretendido conseguir que la educación islámica sea una disciplina escolar como cualquier otra”, comenta Shafiqi, para quien “la educación islámica va a ser enseñada de una manera contemporánea, adaptada a unos alumnos que viven en el siglo XXI”.
Los profesores de filosofía esperan que las tres jornadas de protesta que han mantenido sean suficientes y no desean “ninguna escalada de enfrentamiento con el Ministerio de Educación”, asegura Safir. “Queremos que el problema se resuelva de una manera civilizada y que se pueda abrir un debate sereno en el que participen los alumnos, sus padres, los profesores y el ministerio para que todos sean sensibles y en el futuro se eviten estos ataques gratuitos”. Pero de momento los profesores de filosofía consideran que se les ha colocado en el punto de mira del islamismo más radical.