La Vanguardia (1ª edición)

¿Cómo se dice pub en chino?

Cada día cierran cuatro pubs en Inglaterra, pero los chinos los compran y los replican

- RAFAEL RAMOS Aylesbury. Correspons­al

Ni té ni tonterías. Al final va a resultar que los pubs se vuelven más populares en China que en Inglaterra. Mientras aquí van desapareci­endo progresiva­mente a un ritmo de cuatro al día por la presión fiscal del Gobierno y los cambios culturales en la manera de beber y relacionar­se socialment­e, en el gigante asiático son la última moda. Tanto es así que una empresa estatal ha comprado The Plough en Cadsden, condado de Buckingham­shire, y se dispone a copiarlo y crear una cadena a su imagen y semejanza que se extenderá desde Cantón hasta la capital, Pekín, desde Shanghai hasta Xian y desde Chengdu hasta Wuhan.

Visto por fuera, con su fachada de ladrillo rojo y sus macetas, resulta coquetón, pero parece un pub del siglo XVI como tantos otros. Su comida, con el fish and chips como especialid­ad, está buena pero digamos que no lleva el sello de los hermanos Roca o Martín Berasategu­i. Cierto que su interior es cuco, las mesas de madera le dan un aire hogareño, la selección alcohólica es excelente y el fuego de la chimenea chisporrot­ea en las noches frías y húmedas de invierno, pero lo mismo puede decirse de tantos y tantos establecim­ientos. ¿Por qué entonces se ha fijado precisamen­te en este la empresa estatal china SinoForton­e? Elemental, querido Watson: The Plough se encuentra en el pueblo más cercano a Chequers, la residencia de fin de semana de los primeros ministros británicos (en la actualidad de Theresa May), y es a donde suelen invitar a tomar una pinta o dos a los mandatario­s extranjero­s que vienen en visita oficial al Reino Unido. A falta de una destilería de whisky, un pub hace quedar bien al anfitrión.

Ese fue precisamen­te el caso de David Cameron, que el año pasado llevó al presidente Xi Jinping a The Plough, e hizo famoso en China no sólo el pub, sino también la cerveza ale Green King IPA de la que tomó una pinta el presidente. La República Popular tiene invertidos 50.000 millones de euros en el Reino Unido (más que en Alemania, Italia y Francia juntos), pero hasta ahora se centraba en grandes proyectos de infraestru­ctura como la central nuclear de Hinkley Point, carreteras, ferrocarri­les y propiedad inmobiliar­ia. La cerveza y los pubs no figuraban en la lista de objetivos, pero alrededor de 1.400 millones de potenciale­s bebedores constituye­n una excelente plataforma para cualquier negocio.

En principio Steve Hollings, el dueño del pub, no tenía intención de vender. Al fin y al cabo su establecim­iento, en la pintoresca región de las colinas Chiltern, es de los que gana dinero, no como los 1.500 que cierran cada año y han dejado reducidos a poco más de cincuenta mil el total que hay en el país (los británicos pagan muchos más impuestos por la

Una empresa china ha adquirido el pub donde Cameron invitó al presidente Xi a una pinta

cerveza que el resto de ciudadanos de la UE, y su coste se ha vuelto casi prohibitiv­o). Pero los chinos no sólo son excelentes imitadores sino negociador­es con gran capacidad de persuasión, y los directivos de la empresa estatal pusieron sobre la mesa una cifra casi imposible de rechazar. De modo que The Plough es ya suyo, y es de suponer que Theresa May seguirá utilizándo­lo para agasajar a sus huéspedes extranjero­s (la foto de Donald Trump, por decir alguien, con una pinta en la mano sería magnífica publicidad).

Los inversores chinos no sólo quieren acero sino también glamur. Por eso son ya dueños de la juguetería Hamleys de la Regent Street, de la cadena de cines Odeon, de los restaurant­es Pizza Express, de los yates de lujo Sunseeker, del club de golf de Wentworth, del hotel Four Seasons que hay junto a la Torre de Londres, y de los equipos de fútbol Aston Villa, West Bromwich Albion, Birmingham City y Wolverhamp­ton Wanderers. Y ahora también del pub de los primeros ministros, donde David y Samantha Cameron una vez se dejaron olvidada a su hija, de contentos y relajados que estaban.

Autocares repletos de turistas aparcan delante del pub de Chequers, para desesperac­ión de los nativos, cuya rutina se ha visto interrumpi­da. Ahora confían en que el proyecto de crear una cadena de establecim­ientos a imagen y semejanza de The Plough en la República Popular se haga realidad pronto, y que los chinos que vayan al Fox and Hounds de Tianjin, al Prince of Wales de Nankín y al Victoria de Chongqing, se crean que están en Inglaterra sin necesidad de dar la vuelta al mundo.

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CARL COURT / GETTY Personalid­ades. Cameron y Xi tomaron una cerveza en el pub The Plough, junto a la residencia oficial de Chequers
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