La Academia prevé regular la venta de estatuillas de los Goya
Los Bajo Ulloa sacan su premio al mercado de segunda mano
La Academia de Cine estudia regular las condiciones de entrega de las estatuillas de los premios Goya para evitar su transmisión a terceras personas. En la actualidad, nada impide que cada ganador de esta figura haga con ella lo que le plazca; en 30 años, nadie se había planteado problema alguno al respecto... Hasta ayer, cuando saltó la noticia de que hace un par de semanas los hermanos Juanma y Eduardo Bajo Ulloa sacaron a la venta su Goya de 1992 al Mejor Guion Original, que recibieron conjuntamente por el texto de Alas de mariposa.
La escultura en cuestión apareció en primera línea de un escaparate del comercio de productos usados Cash Converter’s de Vitoria, en la céntrica calle Reyes Católicos de la ciudad vasca. Junto a la efigie del pintor, con su inscripción identificativa en la peana, los responsables del negocio habían colocado el correspondiente cartelito con el precio y otros detalles: PVP: 4.999 euros / Objetos insólitos / Descripción: Goya 1991 / Modelo: Goya Alas de mariposa.
Tal como el encargado de la tienda reveló ayer a El Correo en un primer momento –antes de cerrarse en banda y ampararse en la ley de protección de datos para no responder a más preguntas–, fue Eduardo Bajo Ulloa el que, quince días atrás, había depositado el premio para su venta a quien estuviera interesado. El guionista, apartado del cine desde hacía largo tiempo, trabaja últimamente de camarero en la capital alavesa.
El Cash Converter’s recibió alguna que otra ofertas para adquirir el sorprendente y exclusivo artículo expuesto en lugar destacado de su vitrina principal. Pero sin que llegara a cerrarse acuerdo final para la operación. Y ayer los jefes del establecimiento retiraron la estatua, no porque alguien se hubiera animado sino para evitar o atemperar “el jaleo” armado al aparecer la noticia en las webs y las redes sociales.
Ni Eduardo Bajo ni su hermano, que con aquel su primer filme ganó además la Concha de Oro de San Sebastián y otro Goya en solitario a la Mejor Dirección Nobel, respondieron ayer a las llamadas de los medios ni de la propia Academia.
La institución que otorga los premios del cine español se propuso en primer lugar confirmar la autenticidad de la figura aparecida en Vitoria. No fue posible al cien por cien, aunque en la entidad reconocieron que “todo indica” que se trata efectivamente del premio. Si fuera una copia, la Academia podría actuar legalmente contra los responsables de su exhibición e intento de venta por vulnerar los derechos que corresponden a la asociación, en especial el de reproducción.
Pero, en cuanto a las estatuillas auténticas, las bases de los Goya vienen a reconocer a los ganadores como sus legítimos propietarios a todos los efectos, incluido en principio el de su posible venta a una persona o una empresa ajenas al galardón. De ahí que, a raíz del caso Ulloa, la Academia indicara ayer a La Vanguardia su intención de “plantearse la regulación de una cláusula que impida la transmisión a terceros” de cualquiera de los ejemplares originales de la efigie del pintor aragonés.
La Academia de Cine de Estados Unidos sí tiene, desde 1950, una regulación contra la venta de estatuillas de Oscar. Se trata de una disposición contractual que otorga a la institución el derecho preferente de compra de cada figura por el precio de un dólar. Ello no ha impedido que, según Forbes, unas 150 de estas esculturas –la mitad posteriores a 1950– hayan salido a subasta desde la creación del premio en 1929. Allí, fetichistas no faltan. Vitoria, al parecer, es otra cosa.
La revelación de que los coguionistas de ‘Alas de mariposa’ vendían su Goya por 4.999 euros alerta a la Academia