Gente que navega
La gente que navega lo hace por amor, no puede estar lejos del mar y eso le da dirección y sentido. Es cierto lo que dice Lange, cualquier marino o regatista, hombre o mujer, joven o viejo, comparte esa intensidad y esa libertad, y eso los convierte en gente interesante. Lange lo es, cercano e interesante. Con 54 años, no sólo ha sido el regatista más viejo compitiendo en los JJ.OO. de Río 2016, sino que además lo hizo con un solo pulmón tras su lucha contra el cáncer, a un año de competir. Lo conocí en el congreso de la federación internacional de vela, World Sailing, cuando se le entregó el premio al mejor regatista del año. Tal como me dijo, si hubiera quedado cuarto no lo habría conocido, pero él seguiría siendo el mismo.