Una princesa Disney en Gràcia
Se inauguró en 1947 en la plaza Gal·la Placídia, diez años después del lanzamiento del título que revolucionó la industria del cine de animación
La joven Blancanieves es la protagonista de la fuente que ocupa la plaza de Gal·la Placídia desde el 8 de julio de 1947. Una obra en bronce del escultor Josep Maria Benedicto, quien tuvo el privilegio de inaugurar ese mismo día otra fuente: la del Niño Pescador, situada en el Eixample. Dos piezas escultóricas ordenadas por el Ayuntamiento de Barcelona para embellecer la ciudad, inmersa en un importante crecimiento demográfico en plena dictadura franquista. La plaza de Gal·la Placídia, finalizada en 1944, contaba pues con este elemento escultórico de contenido popular que había alcanzado la fama gracias a Walt Disney. El productor cinematográfico había llevado en 1937 la narración de los hermanos Grimm a la gran pantalla; una historia que en Catalunya ya se había dado a conocer de la mano de los cuentos traducidos por Carles Riba unos años atrás. Así, la fama de Blancanieves viajó de Hollywood a Barcelona. Su llegada al arte público de la ciudad durante los primeros años del franquismo supuso la introducción de un personaje muy carismático para niños y adultos en el día a día de sus ciudadanos.
El personaje de Blancanieves llegaba a la ciudad en los primeros años de la dictadura franquista pero ya se había dado a conocer unos años atrás de la mano de los cuentos traducidos por Carles Riba