Una maja madrileña en el Gótico
La fuente que rinde tributo a la ciudad está situada entre restos arqueológicos de la antigua Barcino en la plaza de la Villa de Madrid
Si hay un espacio en Barcelona que rinde tributo a la capital de España y a una de sus tradiciones más arraigadas –el majismo o goyismo–, es la plaza de la Villa de Madrid, muy popular por los restos arqueológicos de una necrópolis de la antigua Barcino que se ubicaban en la vía, y que actualmente se han integrado con el entorno para exhibirlos al público. Uno de los símbolos más característicos de la plaza Villa de Madrid es la fuente de la Maja Madrileña. Obra del artista Lluís Montané, data de 1958, el mismo año de la in- auguración del espacio por el alcalde José María Porcioles. La fuente, de mármol blanco, es un fiel reflejo del estilo realista del escultor, que durante su trayectoria trabajó, entre otras, temáticas como el desnudo femenino, el retrato y la mitología. Sobre un pedestal de piedra se erige la figura de la Maja, vestida con un traje típico del majismo: una denominación social que identificaba a las clases populares y aristocráticas de los barrios más castizos de Madrid en el siglo XIX. La fuente también está ornamentada con dos escudos de Barcelona y Madrid y un repertorio de motivos marinos: cuatro peces que actúan de surtidor del agua y cuatro conchas dispuestas en cada una de las esquinas, entre las pilas.
La fuente está ornamentada con dos escudos de Barcelona y Madrid y un conjunto de motivos marinos: cuatro peces que actúan de surtidor de agua y cuatro conchas en las esquinas