La Vanguardia (1ª edición)

Muere Debbie Reynolds un día después que su hija

Estrella del Hollywood dorado, Debbie Reynolds muere a los 84 años, un día después que su hija, Carrie Fisher

- LLUÍS BONET MOJICA

No podía abandonar definitiva­mente a su hija y horas después del fallecimie­nto de Carrie Fisher, inolvidabl­e princesa Leia de La guerra de las galaxias, Debbie Reynolds ha muerto a los 84 años. La veterana actriz se encontraba preparando el funeral de su hija cuando sufrió una posible embolia y fue ingresada urgentemen­te en el centro médico Cedars-Sinai de Los Ángeles. Al hacer pública la noticia, Todd Fisher, su hijo y hermano de Carrie, comentó: “Mamá quería estar con Carrie”.

De corta estatura y aspecto aniñado, Mary Frances Reynolds (Debbie Reynolds para la posteridad) tenía apenas 16 años cuando a partir de 1948, tras ganar un concurso de belleza, aparece en varias películas. Finalmente, en 1952 es incluida en el reparto de un ambicioso musical titulado Cantando bajo la lluvia. El tránsito del cine mudo al sonoro hundió numerosas carreras e impulsó otras. Codirigido por Stanley Donen y Gene Kelly, protagonis­ta del filme, Cantando bajo la lluvia está repleto de homenajes al cine de la época dorada de Hollywood. Aunque la siempre espléndida Cyd Charisse le restara protagonis­mo en las es- cenas de danza, una secuencia de este histórico musical consagraba a la recién llegada Debbie Reynolds, que había aprendido a bailar claqué en tres semanas... Se trata del tema You were meant for me, que Kelly baila con Reynolds tras haber puesto en funcionami­ento los focos, la máquina de niebla artificial y el ventilador de un plató. “Aquí está todo el decorado que necesito”, proclama. Muy sorprendid­a, ella responde: “Pero si es un escenario vacío”. Nueva contestaci­ón: “A primera vista, sí. Espera un segundo”. La magia que emanaba de aquel cine musical, a la vez irreal pero próxima, se halla resumida en esta maravillos­a secuencia. No tan emblemátic­a como la de Gene Kelly bajo la lluvia, agarrado a la farola y con un paraguas en la mano.

Debbie Reynolds había nacido el 1 de abril de 1932 en El Paso (Texas). Como correspond­ía a su aspecto físico, pronto destacó asumiendo papeles de chica aparenteme­nte ingenua. A las órdenes de Stanley Donen también rodaría Tres chicas con suerte (1953), El solterón y el amor (1955) dirigida por Charles Walters y dando la réplica a Frank Sinatra; Las tres noches de Susana (1954), bajo la dirección de Frank Tashlin, y de Blake Edwards en La pícara edad. El 26 de septiembre de 1955 se casaba con el cantante Eddie Fisher, padre de sus hijos Todd y Carrie Fisher. La unión dura apenas cuatro años, porque Debbie Reynolds es traicionad­a por su compañera y amiga Elizabeth Taylor, que le arrebata a su marido.

Su carrera artística irá decayendo con el paso de los años, aunque la filmografí­a de Reynolds rebase los ochenta títulos, incluyendo numerosos trabajos televisivo­s (entre 1969 y 1970 tuvo su propio show en televisión) y notorios éxitos en Broadway como actriz teatral muy reconocida. Pero su presencia en la gran pantalla fue decayendo, aunque todavía pudo brindar dos buenas creaciones en La conquista del Oeste, fastuosa superprodu­cción repleta de estrellas y rodada en 1962 en formato Cinerama. Otra película destacable es la comedia biográfica Molly Brown, siempre a flote, con dirección de Charles Walters. Pero a continuaci­ón, y contra todo pronóstico, pincharía con Adiós, Charlie, donde acompañaba a Tony Curtis bajo la dirección de Vincente Minnelli, y también con Dominique, donde interpreta­ba el papel de una monja.

A lo largo de su dilatada y un tanto irregular trayectori­a, Debbie Reynolds sólo fue candidata al Oscar como mejor actriz en una ocasión, por la ya mencionada Molly Brown, siempre a flote. Lógicament­e fue desbancada por la imparable Julie Andrews de Mary Poppins. Finalmente, el pasado año era compensada con el Oscar honorífico Jean Hersholt de carácter humanitari­o.

Casada y divorciada en otras dos ocasiones, su último matrimonio con Richard Hamlett duró entre 1984 y 1996. La relación entre Debbie Reynolds y su hija Carrie Fisher nunca fue óptima, porque “Carrie no quería ser hija mía, pero yo era su madre”. Según se ha desvelado, madre e hija estuvieron diez años sin hablarse. Su reconcilia­ción resultó difícil y repleta de altibajos.

DESGRACIA La actriz estaba preparando el funeral de su hija cuando se sintió mal

LANZAMIENT­O En 1952 entra en el reparto de un ambicioso musical: ‘Cantando bajo la lluvia’

LARGA TRAYECTORI­A Su carrera artística irá decayendo con el paso de los años, aunque actuó en 80 títulos

DEBBIE Y CARRIE La relación entre madre e hija nunca fue buena: estuvieron diez años sin hablarse

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MIKE BLAKE / REUTERS Raza. Debbie Reynolds, arriba junto a su hija, Carrie Fischer, fallecida un día antes. En la imagen de la izquierda, durante su papel en la película Cantando bajo la lluvia. Y bajo estas líneas, la pequeña Carrie observa a su madre mientras actúa en un...
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STRINGER / AFP
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