Fianza civil de 1,2 millones para los padres de Nadia
El juez de La Seu d’Urgell ha impuesto una fianza civil de 1.224.968 euros para los padres de Nadia, la menor afectada por tricotiodistrofia cuyos progenitores están acusados de estafa por apropiarse supuestamente de los fondos de la fundación que debía destinarse al tratamiento de la enfermedad de su hija.
La cantidad fijada por el juez corresponde a los más de 900.000 euros presuntamente defraudados, más una tercera parte que deberá servir para hacer frente a las reclamaciones de muchos de los afectados. En caso de que los padres de Nadia no ingresen tal cantidad, el juzgado procederá al embargo de sus bienes hasta alcanzar el montante requerido.
El abogado de los padres, Alberto Martín, se mostró ayer sorprendido por lo “elevada” que era la fianza dado que hasta el momento sólo les constan dos reclamaciones por valor de 20.000 euros, según declaró a Europa Press. Los denunciantes son una persona que aportó 6.000 euros cuatro días antes de la detención y el Grupo Inversor para el Desarrollo que hizo dos aportaciones, una de 10.000 euros y otra de 3.500 euros.
Las nuevas medidas impuestas quedaron recogidas ayer en un duro auto en el que el juez de La Seu d’Urgell arremete contra Fernando Blanco y Margarita Garau. Contra la pareja, el magistrado ve “cada vez más indicios” de que los fondos que recibía la fundación “no fueron destinados a abonar los tratamientos” de su hija sino que “servían de excusa” para mantener su alto tren de vida. El juez destaca que durante la investigación se han acreditado gastos en grandes centros comerciales, viajes, hoteles, restaurantes y una serie de pagos comunes, “en el que llama la atención el alquiler anual de 10.000 euros”, dinero que fue abonado gracias a los donativos que ingresaron en la fundación. Fernando Blanco relató durante el interrogatorio que sus ingresos provenían de sus charlas como “motivador” y de su tienda de vino, de la que no consta contabilidad alguna y por la que no paga impuestos, reconoció. En este sentido, admitió que los ingresos de ambas vías se solapaban y no se hacían distinciones entre dinero “propio y donaciones”. En total, los investigadores sospechan que los padres de Nadia habrían llegado a ingresar 918.000 euros de los cuales se habrían gastado cerca de 600.000.
La otra duda que arroja el caso es hasta dónde fueron capaces de llegar en su mentira. El juez se pregunta en el auto si la niña sufre realmente esa enfermedad después de interrogar a dos doctores del entorno de la menor. Los médicos aseguraron “no haber atendido a la niña salvo para contingencias comunes” e hicieron hincapié en el hecho de que los padres se mostraron “reticentes” a que su hija fuera asistida. El juez echa en falta documentación que acredite dónde acudió el padre para tratar a su hija puesto que sólo recibió una anotación que ponía “Dr. Smith”. Este comportamiento podría ocultar dos realidades, según el juez: “O la niña no sufre la enfermedad o no está recibiendo el tratamiento para el que los padres recaudan el dinero”.
El instructor ve cada vez más indicios de que la fundación sirvió de excusa para mantener su tren de vida