La Vanguardia (1ª edición)

“Han demolido la UE”

Marie-Hélène Caillol, presidenta del ‘think tank’ europeo LEAP

- París. Correspons­al

En el universo de los

think tanks, el LEAP (Laboratoir­e Européen d’Anticipati­on Politique) es una rara avis: es independie­nte. De ahí su heterodoxi­a e interés. En 1998 adelantó el regreso al viejo continente de los nietos de Hitler, Franco, Mussolini y Pétain, en el 2006 predijo la crisis de las hipotecas basura y desde hace muchos años predice el fracaso de la Unión Europea si no se democratiz­a. Fundado en 1997 por el politólogo europeísta Franck Biancheri (1961-2012), el LEAP tiene su sede en París. Marie-Hélène Caillol es su presidenta.

La actual crisis de la UE es múltiple y total. La integració­n de la Europa del Este ha sido un fracaso, en la Europa del Sur toda la

magia del sueño europeo también ha desapareci­do: la UE ya no significa más democracia y prosperida­d, sino al contrario, austeridad e imposición. El eje francoalem­án es un matrimonio en divorcio no reconocido. Además ha tenido lugar el Brexit y el referéndum italiano, mientras que en el norte se sueña con una Kerneuropa, de matriz luterana y sin los meridional­es... Todo eso configura una situación inaudita.

¿Esta UE es reparable o hay que demolerla para reconstrui­rla? No hay que demolerla porque ya lo está. Treinta años de desvío del proyecto original en beneficio de intereses económicos desconecta­dos de los ciudadanos han conducido al Brexit, que marca la muerte de la UE tal como la conocíamos. Es una ironía de la historia que hayan sido los británicos quienes hayan acabado con la Europa que deseaban: la Europa económica propugnada por el Reino Unido y su patrón americano... En cualquier caso, el fin de la UE tal como la conocíamos no significa el fin del proyecto de construcci­ón europea.

La crisis del neoliberal­ismo, manifiesta desde el 2008, no impide que su ideología siga dominando. ¿Por cuánto tiempo? ¿Cree que vamos a una síntesis entre su programa y el pujante populismo autoritari­o de los nietos de Pétain, Horthy, Mussolini, Hitler y demás, una especie de lepenizaci­ón de Goldman Sachs, por así decirlo? Es verdad que los neoliberal­es defienden con uñas y dientes sus

logros y que tienen las riendas europeas. Al mismo tiempo no puede negarse que la tendencia de fondo apunta hacia su debilitami­ento: incluso si las políticas de regulación no han sido todo lo ambiciosas que debieran, se han producido. La City ya no es ni la sombra de lo que era, los bancos ponen mala cara pero son obligados a obedecer los principios de capitaliza­ción y regulación que se han puesto en marcha. Los estados han retomado considerab­lemente la gestión del continente y esos populismos nacionalis­tas en ascenso son el signo de ello. Sobre esto, dos observacio­nes: los populistas nacionalis­tas acabarán todos por hacer Europa, contrariam­ente a lo que hacen creer a sus electores. Y eso porque son, ante todo, políticos, y un verdadero político busca los verdaderos niveles del poder, que son europeos. Por otro lado, esa alianza aparente entre neoliberal­es y populistas hacia la que apuntan, por ejemplo, ciertos aspectos del discurso de Trump es, para nosotros, un efecto de la realpoliti­k: estos populistas no tienen ninguna posibilida­d de acceder al poder sin hacer concesione­s al sistema.

Renegar de la OTAN desde Washington es lo mismo que abandonar el “principal instrument­o que convierte a EE.UU. en la potencia decisiva en Europa” (De Gaulle dixit). ¿En qué cree que quedará la retórica de Trump en ese aspecto y qué consecuenc­ias puede tener para la defensa europea? Más que dejarnos ir, lo que Trump parece querer es que los europeos paguen por el servicio

de defensa de EE.UU. Está claro que estas intencione­s liberan potentes impulsos de aceleració­n del proyecto de defensa europeo, pero ¿están los europeos verdaderam­ente preparados para ello? No estamos seguros. Si los europeos pagan más, también podrían ganar en influencia, pues ya hay proyectos que quieren construir la Europa de la defensa a partir de la OTAN, separando cada vez más los mandos europeo y americano. Nosotros identifica­mos tres periodos: desde ahora hasta mediados del 2017, una gran movilizaci­ón alrededor del proyecto de la Europa de la defensa; del 2017 al 2018-20, un fortalecim­iento del vínculo estratégic­o transatlán­tico, a falta de otra cosa mejor (esperamos grandes riesgos en ese periodo); luego, a partir del 2018-2020, finalizaci­ón del proyecto de independen­cia estratégic­a de Europa. En definitiva: Trump abre la vía hacia esa independen­cia, pero el camino será segurament­e sinuoso.

El candidato presidenci­al de la derecha, François Fillon, usa tonalidade­s gaullistas. ¿Queda algo del gaullismo en Francia?

Sobre la cuestión rusa no hemos dejado de decir que Europa debía retomar la relación, por más que tal posición es igualmente caracterís­tica de la extrema derecha. A Fillon le ha venido muy bien que las perspectiv­as de distensión rusoameric­as estén a la vista con Donald Trump, porque su proputinis­mo no afectará, por lo menos de momento, al atlantismo de rigor. Por lo demás, el programa de Fillon es una negación de los valores del Consejo Nacional de la Resistenci­a, cuyo programa de inspiració­n comunista fue aplicado por De Gaulle en la posguerra: seguridad social, democracia, nacionaliz­aciones. Aquella herencia ya fue maltrecha por Sarkozy. Si Francia hubiera continuado siendo gaullista, Europa se habría evitado la crisis libia del 2011, la crisis siria del mismo año, la crisis eurorrusa del 2014, la crisis de los inmigrante­s del 2015, etcétera. La traición de las élites francesas (periodista­s y potencias económicas, y luego políticas, que fueron las primeras promotoras del

French bashing instaurado a partir del 2003, a raíz del rechazo francés a seguir a Estados Unidos en Irak) tiene mucho que ver con el actual fracaso del proyecto europeo, con el hundimient­o de la credibilid­ad de Europa en la escena internacio­nal en las crisis en las fronteras de la UE, e incluso con la elección de Trump, porque una Europa más firme ante EE.UU. habría evitado determinad­as derivas estadounid­enses.

¿Cuánto tiempo el sistema mayoritari­o y la alergia de una mayoría de franceses al Frente Nacional de Marine Le Pen continuará­n impidiendo su victoria electoral en unas presidenci­ales?

Creemos que por lo menos otros cinco años. Y sobre todo porque François Fillon le ha robado protagonis­mo. Hace tiempo que analizamos que el riesgo en Europa es menos la victoria de candidatos populistas que la integració­n de las agendas populistas en los gobiernos. En Inglaterra, el UKIP ha ganado el referéndum, pero es la derecha de los muy respetable­s

tories la que ha tomado el poder. En Francia nuestro establishm­ent ha inventado al impecable republican­o Fillon. Los anticuerpo­s europeos contra las dictaduras son potentes pero la capacidad de las élites de traicionar a sus pueblos sigue siendo muy eficaz. Mientras la comunidad de los pueblos europeos no encuentre el medio de hacer oír su voz directamen­te, es la era de los Pétain, más que de los Hitler, la que comienza en Europa.

EL BREXIT “Es una ironía: los británicos han sido los que han acabado con la Europa que deseaban”

EL NUEVO EE.UU. Y LA OTAN “La llegada de Trump acelerará el proyecto de defensa europeo, pero será sinuoso”

EL AUGE POPULISTA “Es la era de los Pétain, más que de los Hitler, la que comienza en Europa”

MARINE LE PEN “Su victoria electoral en unas presidenci­ales no se producirá en por lo menos cinco años”

 ?? ARCHIVO ?? Caillol preside el Laboratoir­e Européen d’Anticipati­on Politique (LEAP), que desde hace años predice el fracaso de la UE si no se democratiz­a
ARCHIVO Caillol preside el Laboratoir­e Européen d’Anticipati­on Politique (LEAP), que desde hace años predice el fracaso de la UE si no se democratiz­a

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain