El heredero
Armand Monleón es señalado como el sucesor de Coma, de quien fue alumno 8 años
Para Armand Monleón Hernández (Igualada, 11/ V/1987), los duelos entre Marc Coma y Cyril Despres desde el 2005 hasta el 2014 eran “como los Barça-Madrid para la mayoría de la gente”. Un clásico que le hizo enamorarse perdidamente del Dakar. “A mí el fútbol no me apasiona y no entiendo la pasión que genera, y en cambio las batallas entre el francés y Marc me ponían mucho”. Ahora, después de ocho años formándose como piloto con las enseñanzas del maestro de Avià, y un primer Dakar de fogueo y aprendizaje, Monleón quiere empezar a seguir los pasos de su ídolo. “Será mi primer Dakar de verdad”, dice Baby Coma o el heredero de Marc, como se le conoce ya por las semejanzas que tiene con el pentacampeón, ahora director deportivo del rally más mítico.
“Es una etiqueta que me han colgado y no me desagrada, pero Marc es muy grande. Compararme a mí, que soy un rookie, con un cinco veces campeón del Dakar, se me hace un poco extraño”, dice Armand con una modestia envuelta en una voz dulce, un discurso tranquilo y muy prudente. Marca de la casa de los discípulos de Coma y su Junior Team, la escuela que creó en el 2007 el piloto de Avià para enseñar a los jóvenes valores el arte del pilotaje en rally-raids. Monleón ha sido el máximo exponente de la veintena de pilotos que han pasado por allí.
Y es que Armand, según los expertos, es una gota de agua de Coma, a quien profesa devoción de joven Padawan. “Lucho cada día, desde que me levanto hasta que me voy a dormir, para seguir el camino de Marc”, dice Monleón, que tiene una gran semejanza con su espejo, más allá de pilotar la misma moto, una KTM, de hablar con el mismo tono pausado, a bajas revoluciones, de la rectitud, y de ser físicamente clavados: 1,83m mide el de Igualada, 1,80m el de Avià, 79 kg los dos, fortísimos, duros, resistentes.
“Nos parecemos sobre todo en la metodología de trabajo”, dice Armand. “He crecido con él como piloto, él me ha hecho de maestro y he tenido la suerte de heredar su equipo técnico de trabajo”. Es decir, el preparador Pau Bartoló, trail runner de Avià, el psicólogo Pep Font y la nutricionista Saioa Segura, los dos del CAR de Sant Cugat. “Sigo su metodología de trabajo. Mi manera de competir es muy parecida a la de Marc, la he interiorizado”, explica el de Igualada. De Coma ha aprendido la manera de gestionar y afrontar las carreras, los planes de precompetición, el plan postetapa para recuperarse bien, la actitud... “Marc me ha hecho de consejero durante ocho años; es gracias a él que he crecido más, al dar el paso del Mundial de enduro al de rallies. Más que aprender de lo que me ha dicho, he aprendido de lo que he visto que hacía, de su actitud”.
Lo que no se contagia ni se transmite por mimetismo es el estilo de pilotaje. Aquí sí que no se parecen demasiado maestro y discípulo. “Yo piloto con marchas más largas e intento aprovechar más la velocidad dentro de las curvas”, reconoce Armand, “y Marc, en cambio, consume más los neumáticos porque ataca mucho más”.
Otra cosa será cómo se desarrolle en la carrera, la habilidad en la navegación, el ritmo, la toma de decisiones... “Soy un piloto muy regular y me falta subir un poco el ritmo”, admite Monleón, que en su primer Dakar el año pasado, a pesar de la falta de experiencia y la dificultad de la altura, salió airoso con un 10.º puesto. “Yo ya habría firmado acabar. Estar entre los 20 primeros ya era un resultado increíble”.
Pero la exigencia llama a la puerta. Y quizás también el KTM Factory Team, el equipo oficial de la firma austriaca, con un ojo puesto encima de él. “Debo dar un paso adelante. Me falta mantener el ritmo durante las dos semanas del Dakar, que es lo complicado, saber leer la etapa, qué ritmo conviene más”, reconoce. Y en posiciones, “mejorar; para mí eso ya es ser ambicioso”, dice, sin quererse pillarse los dedos. Aunque sabe que no debería retroceder si quiere crecer. “Me gustaría estar en la pomada de los que luchan por el título en los próximos cuatro años, pero me faltan muchas cosas, como encontrar un equipo oficial y tener una infraestructura detrás. Lo importante es ser cada día mejor, ir avanzando”. Como decía Coma.
EL ESPEJO DEL DISCÍPULO “Lucho cada día, desde que me levanto hasta que me voy a dormir, para seguir el camino de Marc” COMO DOS GOTAS DE AGUA Físicamente clavados, fuertes, duros, metódicos, Monleón y Coma hablan incluso con la misma pausa