El Gobierno coloca a un perfil más político en su Delegación en Euskadi
Cambio en la Delegación del Gobierno en Euskadi. Mariano Rajoy sustituyó ayer a Carlos Urquijo, fuertemente cuestionado por los nacionalistas, por el hasta ahora presidente del PP en Álava, Javier de Andrés. Un perfil más político para una etapa sin mayorías absolutas. El relevo no es una sorpresa. Urquijo había sido muy beligerante contra los eventuales actos contrarios a la Constitución, de forma especial en la denominada guerra de banderas en los ayuntamientos. Su apelación constante al cumplimiento de la legalidad choca con unas fotografías recientes en las que aparecía junto a su familia comprando en un puesto del top manta, unas imágenes que sirvieron a la mayoría de los partidos vascos para reprocharle su doble moral.
Sin tener la dimensión simbólica de la operación Millo en Catalunya, este gesto consolida la teoría de que se abre un nuevo tiempo en las relaciones entre los populares y el PNV. Los nacionalistas pueden ser claves en la aprobación de los presupuestos generales del Estado, a pesar de que ayer mismo su presidente, Andoni Ortuzar, aseguró que la negociación todavía no ha empezado y que los últimos recursos contra iniciativas autonómicas “no allanan el camino al entendimiento”. Fuentes del ejecutivo de Iñigo Urkullu confían en que el nombramiento de De Andrés, que fue diputado general de Álava, “contribuya a la necesaria normalización de las relaciones institucionales entre gobiernos”.
El político popular trabajará para “establecer una buena relación” entre las distintas administraciones y cree que su trayectoria –es buen conocedor del complejo entramado en el País Vasco– le ayudará en esta tarea. El PP vasco también avaló implícitamente la tesis del punto y aparte. Valoró la gestión de Urquijo en cuestiones como la defensa de los “marcos de convivencia” pero dice que el relevo “refuerza el papel político” de la Delegación del Gobierno en un momento en el que es necesaria “una interlocución directa y fluida” entre Madrid y Vitoria.
El nuevo cargo ha obligado a De Andrés, uno de los dirigentes conservadores más destacados en Euskadi, a dejar sus responsabilidades en el Parlamento autonómico, en las Juntas Generales alavesas -donde era el portavoz de su grupo- así como en el partido. Ayer mismo propuso a Iñaki Oyarzábal, persona de la máxima confianza de Alfonso Alonso, para presidir el PP en el territorio histórico.
La oposición de izquierdas, EH Bildu y Elkarrekin Podemos, celebraron el adiós de Urquijo. La formación morada espera que su sustituto actúe con “más tolerancia y talante democrático”.