Contaminación
Al parecer, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido, por fin, enfrentarse al que, probablemente, es uno de los mayores problemas de esa ciudad: su exagerada contaminación atmosférica.
No nos parece, no obstante, justo recurrir a la solución de prohibir la circulación de vehículos tomando como criterio sólo la edad de los mismos. Hay vehículos con más de diez años perfectamente mantenidos y que han pasado con éxito la ITV que pueden contaminar menos que otros más jóvenes. Hay vehículos con más diez años que sólo son utilizados los fines de semana y la contaminación total puede ser sensiblemente inferior a la de otros más nuevos que se utilizan a diario. Sin olvidar que hay muchos otros focos de contaminación.
Otras medidas que podrían mejorar sustancialmente la calidad del aire serían la restricción total y permanente del tráfico en determinadas zonas de la ciudad, aumento de zonas verdes o exclusivamente peatonales y establecimiento de un canon verde disuasorio en los parkings del centro.
La solución definitiva, sin embargo, sería dotar a la ciudad de Barcelona y su periferia de un servicio de transporte público tan eficiente, asequible, puntual, cómodo, limpio, seguro, fiable, etcétera, que lograse convencer al ciudadano del escaso sentido que tiene el transporte privado.
Finalmente, ¿cree realmente el Ayuntamiento de Barcelona que alguien va a desguazar un vehículo que, aunque tenga más de diez años, funcione perfectamente a cambio de una tarjeta de transporte público limitada a la ciudad?
JOAN MIRÓ
Barcelona