Restaurante de barrio
Antigua, el cliente es lo primero
Sarrià fue la última población que se incorporó a Barcelona. De esto hace sólo 95 años y fue por real decreto y muy a pesar de la opinión de la mayoría de sus habitantes. Era una zona más bien rural pero actualmente el distrito Sarrià-Sant Gervasi es una de las zonas residenciales más cotizadas y selectas de Barcelona. También es un distrito con gran cantidad y calidad de restaurantes. La prestigiosa guía gastronómica Macarfi en su edición del 2017 relaciona más de 200 establecimientos en dicho distrito.
Gonzalo Pérez Martí tenía vocación de cocinero y después de estudiar en L’Escola d’Hosteleria de Barcelona ejerció en varias catedrales parisinas: Taillevent, Alain Ducasse, etcétera. Hace 15 años regresó a Barcelona y abrió en Sarrià un restaurante al que “por connotaciones románticas” (sic) bautizó con el nombre de Antigua. Le gusta definirlo como “un restaurante de barrio donde se hacen las cosas con cariño para que el cliente se sienta especial”.
Gonzalo comenta, y estamos completamente de acuerdo, que el servicio en muchos restaurantes deja mucho que desear, incluso en ocasiones es francamente deficiente. Entonces es cuando el cliente no se siente cómodo, y eso es, precisamente, lo que intenta evitar: el cliente merece mucho más que buena comida y buen vino. Por ello, aunque se encargue del diseño de la carta y sus platos, delega en la cocina para poder encargarse personalmente de sus clientes y comprobar in situ que estén bien atendidos por un servicio de sala instruido en estos menesteres.
La cocina del Antigua se define como de mercado, mediterránea y “más o menos” de proximidad. En su función de “chef ejecutivo”, Gonzalo diseña platos que “a todos nos apetecería comer”, y enseña a su equipo de cocina como lograrlo.
Esta es la filosofía que se respira en el local, máximo respeto al cliente y todo el personal trabajando para conseguir su satisfacción, y al menos, una sonrisa que indique a Gonzalo que han logrado su propósito.