La ventana de Cáritas
El servicio de ayuda individualizada a través de anuncios en prensa empezó en 1963
En diciembre de 1962 Cáritas de Barcelona envió una circular a sus párrocos en la que comunicaba un acuerdo con los directores de diarios para la publicación de un espacio titulado Ventanal de la caridad en que “se recogerán las peticiones de necesidades de mayor cuantía que no puedan ser atendidas por las parroquias”. Los párrocos debían responsabilizarse de la veracidad de las peticiones y transmitirlas a Cáritas. Y se enumeraban hasta ocho peticiones que podían ser atendidas, de medicamentos a coches para inválidos, deudas y atraso de alquileres por enfermedad o paro forzoso. En La Vanguardia el primer anuncio, gratuito, se publicó el 6 de noviembre de 1963 y simultáneamente aparecía en otros cinco diarios. Medio siglo después, de esos diarios sólo subsiste La Vanguardia yel Ventanal sigue publicándose (a partir de ahora, cada primer domingo de mes).
“Hay muchas gente que espera la publicación de estas peticiones para hacer una ayuda”, nos explica Montserrat Padilla, administradora y secretaria general de Cáritas de Barcelona. “La respuesta es inmediata. Llaman por teléfono o vienen aquí y entregan la cantidad exacta. Hay personas que hace años que lo hacen de forma sistemática. Y nosotros garantizamos que esta ayuda llega a su destino, es más, generalmente hacemos la entrega del dinero no a la persona que lo necesita, sino al servicio que necesita o a quien debe esa cantidad”. Sólo entre 2004 y 2016 se han recibido 3,6 millones de euros para estas ayudas individualizadas.
Yolanda Navarro es una de estas personas que suelen responder en la medida de sus posibilidades a estas demandas. Ella es profesora de filosofía y católica practicante y cree que “este Ventanal es sinónimo de un viento que nos impulsa a actuar”. Yolanda, que a menudo acude a entregar esas ayudas a la sede de Cáritas en la plaza Nova con su hija, reconoce: “Cuando leemos el diario somos seres pasivos, indiferentes ante las noticias, pero esas peticiones concretas nos invitan a actuar, a no ser egoístas, a realizarnos como seres humanos, a sentir la alegría del amor hacia los otros, y eso se puede hacer desde la fe o desde la racionalidad filosófica”.
Las peticiones incluidas en este Servicio de Ayudas Económicas son siempre anónimas y llevan un número de referencia. En el diario sólo se publica una selección de estos casos pero una vez cubiertos, desde Cáritas se ofrecen otros para nuevos donativos.
“Desde el año 2009 –precisa Montserrat Padilla– somos más asistencialistas debido a la crisis. Si falta un plato en la mesa, tiene poco sentido hacer formación. Pero este tipo de ayudas puntuales no es incompatible con la denuncia de las desigualdades y de unos problemas que debemos exigir que se resuelvan”.
Los últimos datos indican que entre enero y noviembre de este año se han recibido un total de 2,3 millones de euros en ayudas en Cáritas. Se han entregado 7.400 certificados de desgravación fiscal por estos donativos (el dato preocupante es que la media de edad del donante se sitúa en 69 años y que casi el 30% llegan antes de la Navidad). Del dinero recogido, la mayor parte se destina a ayudas a la vivienda (1,2 millones) y alimentación (0,6 millones).
Muchas personas esperan la aparición de estas peticiones en el diario para efectuar su ayuda