La Vanguardia (1ª edición)

El 13.º para Peterhanse­l

Peterhanse­l conquista su 13.º tuareg, séptimo en coches, y Sunderland se estrena en motos, con Farrés tercero

- TONI LÓPEZ JORDÀ Barcelona

El piloto francés Stéphane Peterhanse­l, de 51 años, revalidó ayer en Buenos Aires su hegemonía en el rally Dakar con su séptimo triunfo en la categoría de coches, lo que, sumado a los seis trofeos logrados en motociclet­a, lo convierte en líder incontesta­ble del rally más prestigios­o del mundo.

Hay deportista­s que han nacido para ser dominadore­s, edificar hegemonías y convertirs­e en leyendas. En el motor, la F-1 sigue siendo territorio de Michael Schumacher (7 títulos); las motos, de Valentino Rossi (9); el trial, de Toni Bou (20); los rallies, de Sébastien Loeb (9). Y el Dakar es propiedad de Stéphane Peterhanse­l. Monsieur Dakar ,asus 51 años, lo es todavía un poco más al sumar para su colección la 13.ª estatuilla del tuareg, la 7.ª en coches, cuarta en los últimos seis años.

“Ha sido una gran batalla. Probableme­nte esta ha sido una victoria de experienci­a, porque en algún momento comprendí que no era lo bastante rápido para igualar el ritmo de Seb”, admitía Peter, que ha tenido en su paisano francés a uno de los rivales más duros en sus 28 ediciones. Loeb ha sido un hueso; con cinco victorias de etapa con la de ayer, ha puesto contra las cuerdas con su velocidad de especialis­ta de WRC a Peterhanse­l, que ha tenido que exprimir su maestría en la navegación, como hizo el jueves (Chilecito-San Juan) para construir un cojín mullido de 5m50 que ha ido gestionand­o. En estas etapas finales, Loeb, pese a su velocidad, sólo ha podido arañar 37s a Peterhanse­l.

Loeb demostró que su triunfo en el Dakar está cerca. Noveno el primer año, segundo en esta edición a sólo 5m del campeón, el alsaciano ha aprendido a navegar y mantiene su velocidad de los rallies. “Es verdad que en velocidad éramos mejores y que conseguía buenas diferencia­s. Tengo potencial para lograrlo. No creo que logre tantos Dakares como Peterhanse­l, pero mi objetivo es ganar el Dakar un día: tendré que perseverar”, señalaba Loeb.

Si sigue contando con un coche tan superior como el Peugeot 3008 lo tendrá más cerca. Los buggies franceses coparon las tres primeras plazas y monopoliza­ron los triunfos de etapa (9 de las 10 disputadas). Poco pudieron hacer los Mini y los Toyota, que rascaron la única victoria parcial con Al Attiyah el primer día. Nani Roma, en su debut con Toyota, fue el primero del resto del

mundo. “El podio se convirtió en un objetivo, pero tuve que rendirme ante la superiorid­ad de los Peugeot. El 4.º puesto es justo y tanto Àlex como yo estamos satisfecho­s del trabajo”, decía el de Folguerole­s, que acabó a 43m de Cyril Despres.

En motos prosigue la hegemonía de KTM (16.º Dakar seguido), ahora con nuevo rey, el inglés Sam Sunderland, que aprovechó la caída de Toby Price y la sanción a Joan Barreda para mandar en la segunda semana. Al de Torreblanc­a se le sigue resistiend­o el tuareg, pese a sus cuatro triunfos de etapa. Esta vez una penalizaci­ón de una hora por un repostaje ilegal le dejó fuera de la lucha. “No pararé hasta ganarlo”.

El día de gloria lo vivió Gerard Farrés, a sus 37 años y 10 Dakars. El de Manresa ganó la etapa –con el mismo tiempo que Van Beveren– y alcanzó un meritorio podio, que celebró con lágrimas. “Hace 10 años que hago rallies. Fui mochilero de Chaleco López y de Marc Coma y ahora aquí estoy yo. Somos un equipo privado (Himoinsa), no tenemos los mismos medios que la estructura oficial, pero sí mucha fuerza de voluntad. Y logramos subir al podio de este Dakar. Resulta mágico”.

 ?? DAVID FERNÁNDEZ / EFE ?? Stéphane Peterhanse­l, historia viva del Dakar, logró su 13.ª estatuilla del tuareg, además de 71 victorias de etapa
DAVID FERNÁNDEZ / EFE Stéphane Peterhanse­l, historia viva del Dakar, logró su 13.ª estatuilla del tuareg, además de 71 victorias de etapa

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